Economía / El auge de los salones de belleza
Del 'todo a 100' chino a peluqueros versión 'low cost'
La crisis empuja a los comerciantes asiáticos a diversificar sus negocios
El Mundo, , 23-05-2012«¿Y cómo quiele que le colte el pelo?». Cada vez son más los clientes que escuchan esta pregunta tras confiar sus cambios de look a profesionales de ojos rasgados. Las peluquerías regentadas por ciudadanos chinos empiezan a multiplicarse por algunos barrios de Madrid y a atraer clientela de los negocios de peine y secador de toda la vida.
Las ventajas que ofrecen son difíciles de cuestionar incluso para sus detractores, especialmente los que las ven como una competencia difícil de combatir: abren de 10.00 a 22.00 horas interrumpidamente, incluidos todos los fines de semana y días festivos; no se necesita cita previa, aunque también existe la opción de pedirla, para acceder a su amplio surtido de servicios; y los precios son de lo más asequibles incluso para los bolsillos más agujereados por el deterioro de la economía.
La omnipresente crisis también es el resorte que ha activado la multiplicación de este tipo de establecimientos en la región últimamente, según explica Felipe Chen, presidente de la Asociación de Comerciantes Chinos en España. «La gente piensa más y se van cambiando los negocios a otros que ven que funcionan, como las peluquerías», explica el portavoz de los empresarios de origen asiático.
De hecho, según la Encuesta Regional de Inmigración de la Comunidad de Madrid que se hizo pública ayer, sólo el 5% de las personas originarias de China que residen aquí está en paro. Desde su patronal señalan que, aunque las tiendas de alimentación y los todo a cien conservan su reinado entre los trabajadores de esta nacionalidad, la diversificación también ha llegado a los talleres de coches, las gestorías, los despachos de abogados, las inmobiliarias y las agencias de viajes, entre otros sectores.
La Cámara de Comercio de Madrid no dispone de datos de cuántos centros de belleza con ideogramas en sus rótulos han abierto últimamente, pero esa suerte de auge es apreciable sin necesidad de estadísticas incluso para las pupilas poco observadoras. Sólo en el barrio de Prosperidad, por ejemplo, se han inaugurado en menos de un año cuatro, el último, que lleva un rótulo impronunciable sin nociones básicas de esta lengua oriental, no hace ni un mes.
Otro de los establecimientos, bautizado con un nombre más acertado desde el punto de vista comercial (Mona Lisa Wen), abrió a finales del año pasado en un local que había sido durante décadas una tintorería. «De algo tenemos que comer», zanja la conversación uno de los empleados, con las reservas tradicionales de este colectivo a hablar de sus cosas, cuando se le pregunta por esta nueva moda empresarial de las peluquerías chinas en Madrid.
Un poquito más explícito es Guoqing, responsable del corte de pelo de los clientes que pasan por el salón Liu Xing Feng de la calle Don Ramón de la Cruz, en pleno corazón del barrio de Salamanca. Según explica, la inmensa mayoría de los profesionales que se especializan en el sector de la belleza se forman en China y luego se especializan en los gustos del público español, que es quien mayoritariamente se sienta en las sillas donde se hacen los peinados. ¿Cómo? Pues esa pregunta se queda ya sin respuesta, deben ser cosas del secreto profesional…
Hasta ahora las pocas peluquerías chinas que había en Madrid estaban localizadas esencialmente en la calle Leganitos y los alrededores de Plaza España. En los últimos meses, además de los mencionados de Prosperidad y Salamanca, los negocios se han extendido a otros distritos como Ciudad Lineal y Usera.
Aunque a juzgar por las ostensibles diferencias en sus nombres comerciales y en el diseño de sus panfletos publicitarios este tipo de negocios no funcionan como franquicias, al mismo tiempo da la impresión de que se hubiera llegado a un pacto de precios a la baja: el corte de caballero, 6,5 euros; el de mujer, entre 7,5 y 9,5 según la longitud de la melena; tinte desde 11 euros; mechas a partir de 50 céntimos más… y así sucesivamente toda una lista de servicios asequibles que incluyen desde alisado japonés hasta uñas de porcelana.
Este periódico se ha puesto en contacto con la Asociación Profesional de Peluqueros de Madrid para conocer su opinión sobre este negocio emergente pero no ha obtenido respuesta.
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