Estados Unidos camina de manera inexorable hacia una sociedad donde los blancos perderán su tradicional hegemonía demográfica. Según el último estudio presentado, el 50,4% de todos los bebés nacidos el pasado año hasta julio son hispanos, negros, asiáticos o de otros grupos, un punto porcentual por encima del 49,5% de bebés de minorías contados en el censo de 2010. El dato está lejos de ser un elemento coyuntural en un país donde la fuerte inmigración procedente de Asia y Sudamérica en las últimas décadas ha sobrepasado los niveles reproductivos de los estadounidenses con raíces europeas.

Aunque en su conjunto los blancos seguirán siendo mayoría por un tiempo, el cambio de tendencia coloca a EE UU en un escenario largamente anunciado y con profundas implicaciones en la economía, la vida política y hasta en los elementos esenciales que configuran su identidad nacional. «Se trata de un importante punto de inflexión», opina William Frey, demógrafo de la prestigiosa Brookings Institution. «Estamos dejando atrás una época donde los niños blancos de la generación del ‘baby boom’ representaban el mayor componente demográfico para entrar en otra era dominada por los flujos multiétnicos que nos trae la globalización».

Una lectura atenta al informe de la Oficina del Censo muestra que entre los 311,6 millones de habitantes de EE UU los hispanos son ya 52 millones – la minoría más numerosa – , seguidos de los negros, con 40,8 millones. A diferencia de los demás grupos de población, donde hay más mujeres que hombres, entre los hispanos se contabilizan 26,4 millones de hombres y 25,6 millones de mujeres.

Oleadas migratorias

Los cálculos muestran al detalle el impacto que ha tenido la fuerte oleada de inmigración que comenzó hace cuatro décadas. En términos generales, mientras que la población blanca – todavía el 78,1% de la población total – ha estado envejeciendo, las minorías, y en especial las de inmigrantes, tienen más hijos. La edad media de los blancos es ahora de 42 años, en tanto que la de los hispanos se sitúa por debajo de los 28 años y la de los negros y asiáticos en 33 años.

Con estos ingredientes, las proyecciones gubernamentales establecen con poco margen de error que hacia el año 2042 en Estados Unidos habrá más habitantes de grupos minoritarios que blancos. Hoy por hoy, en cuatro estados – California, Hawai, Nuevo México y Texas – y en el Distrito de Columbia, las minorías combinadas suman más personas que los blancos. En otros estados del medio oeste y del norte del país, donde el envejecimiento de la población blanca sigue patrones similares a lo que sucede en Europa, latinoamericanos, árabes o asiáticos llenan esos vacíos con inusitada rapidez. En la práctica sólo se limitan a cumplir con el rito iniciado por los primeros colonos que llegaron a Norteamérica a comienzos del siglo XVI.