MIGUEL CABRERA / Almería
La asociación de vecinos Guadalupe,
de la barriada de Las Herrerías,
en Cuevas del Almanzora, ha presentado
sendas quejas ante el Ayuntamiento
y Bankia por la ocupación
por parte de un clan gitano de una
urbanización de 64 casas que se encontraba
abandonada desde hace
seis años, cuando fueron terminadas
pero no pudieron venderse.
La ocupación, que se produjo el 30
de abril, supone para los vecinos del
barrio un serio problema de salud,
puesto que la urbanización no dispone
de agua, luz o alcantarillado. Además,
las casas han sido expoliadas y
carecen en muchos casos de puertas
y ventanas. «Hemos llegado a ver ratas
en las casas, y si el edificio ya era
un problema cuando no estaba habitado,
en estas condiciones lo será
mucho más», explica Casimiro Fernández,
presidente de la asociación.
Los denunciantes, por tanto, dicen
que en su queja no se esconde
ningún motivo racista, y añaden
que el estado de la urbanización,
con las arquetas de la luz y el agua
quitadas, puede suponer un peligro
para los nuevosmoradores y sobre
todo para los niños. Y temen también
que la zona se convierta en un
vertedero incontrolado.
Los ocupas son miembros de una
colonia de gitanos que en los últimos
años formó un poblado de chabolas
en una antigua zona minera
del municipio, a raíz de que algunos
de sus integrantes se vieran obligados
a huir de Almería por su parentesco
con los autores del asesinato
de la niña Montse Fajardo en el barrio
de Piedras Redondas, un suceso
que conmocionó a la provincia
en 2002 y que enfrentó a los clanes
familiares, produciéndose tras el
crimen persecuciones y tiroteos.
Entre quienes han ocupado las
casas se encuentra Ana Santiago,
quien justifica la entrada en las casas
en las malas condiciones en que
se encontraban en el poblado de
chabolas junto a las antiguas minas,
donde pueden vivir ya unas 500 personas
pese a su precaria situación y
a que existen riesgos de derrumbe.
La asociación Guadalupe se queja
de que no han recibido ninguna
respuesta, hasta el momento, por
parte de Bankia, entidad recientemente
intervenida por el Banco de
España, y que es la actual propietaria,
después de que la promotora no
pudiera vender las casas de la urbanización
Sequoia –que tiene 64 casas
y una piscina interior– en 2006,
ni hacer frente a la hipoteca de Bancaja,
que posteriormente se integró
en Cajamadrid para formar Bankia.
Por su parte, el Ayuntamiento asegura
que no puede intervenir en este
asunto porque las casas tienen un
propietario y porque sus moradores
no han provocado ningún problema
de desorden público, por lo que, en
cualquier caso, quien tendrá que tomar
las medidas será Bankia, con
quien el Consistorio ya se ha puesto
en contacto, o la Justicia.