Opinión

Ante Basagoiti, tolerancia cero

Deia, Iker Merodio, * Doctor en Periodismo, 05-05-2012

LA polémica que ha intentado generar Basagoiti le define: es tan absolutamente artificial como sensiblemente xenófoba, populista y de muy, muy bajo perfil. El presidente del PP vasco asegura que con su propuesta de eliminar la atención sanitaria a los inmigrantes ilegales solo pretendía abrir un debate, pero parece que responde en mayor medida a la necesidad de los de Rajoy de desviar la atención. Y que un político juegue con la sanidad pública y la vida de personas solo para ver si la ciudadanía no se da cuenta de los hachazos semanales de su partido merece una respuesta contundente y sin ambages.

La falacia de la supuesta saturación de la sanidad pública provocada por los inmigrantes ilegales se desmonta en tres ideas muy sencillas. Para empezar, resulta difícil imaginar a un subsahariano acudiendo a un ambulatorio cada vez que tiene un resfriado o una gastroenteritis después de atravesar países en conflicto, un desierto y un estrecho en una patera. Para seguir, no es cierto que los sin papeles acudan alegremente a los hospitales: el miedo a que su situación de ilegalidad quede descubierta es más poderoso que la oportunidad de conseguir la receta de un jarabe para la tos. Y para terminar, ante las evidencias descritas, si un inmigrante ilegal decide acudir a un hospital es bastante probable que se trate de una situación realmente grave, ante la que Antonio Basagoiti plantea la inacción por parte del sistema público de salud. Según el presidente del PP vasco, los médicos, funcionarios, deben dejar morir a una persona solo porque primero van los “de aquí”. ¿Esos son los valores sobre los que Basagoiti pretende construir la Euskadi del futuro? A ver cuánto tarda el presidente del PP vasco en repetir que los nacionalistas peligrosos son los abertzales.

Los vascos y las vascas se merecen políticos que les planteen las situaciones económica y social de un modo veraz y poliédrico, no populista y capcioso. Que digan la verdad, de una vez, y dejen de desdecirse en función de cómo caen sus polémicas innecesarias. Y tal vez haya llegado ya la hora de la tolerancia cero a los políticos irresponsables y mentirosos, y de las respuestas contundentes, en votos y en argumentos. Si Patxi López hace la vista gorda sobre el último exabrupto de su socio, del mismo modo que cuando le comparó con Homer Simpson, no solo estará poniendo de manifiesto su absoluta sumisión, intolerable en un lehendakari, sino que se convierte en corresponsable de un disparate ante el que no toma medidas. Y en ningún caso resulta suficiente que Idoia Mendia haga el enésimo brindis al sol de este Gobierno: tienen que romper su pacto para empezar a resultar mínimamente creíbles.

El profesor de la UPV/EHU Igor Ahedo afirmó en una ocasión que “en tiempos de preguntas hay que dar respuestas osadas”. Pero la respuesta osada no es la de Basagoiti, sino que la que debe recibir él y quien no toma decisiones ante semejante atrocidad dialéctica y discursiva.

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