Irresponsables

Deia, 04-05-2012

Otra vez, el presidente del Partido Popular en el País Vasco se ha tenido que comer con patatas sus torpes palabras. Es lo que tiene actuar a base de ocurrencias. Parece ser que sus continuas apariciones en programas de humor en las televisiones españolas le han dotado de cierto carisma en las filas populares y el hombre se ha venido arriba. Primero soltó la gracieta de comparar los títulos académicos de nuestro admirado Homer Simpson con los de Patxi López, y después se quedó más ancho que largo al justificar los recortes en sanidad con su frase de “los de casa primero”.

La gracia de la primera de las ocurrencias es discutible si tenemos en cuenta que Patxi López ocupa su cargo institucional precisamente por el cheque en blanco que el propio Basagoiti le extendió hace tres años. La segunda, es intolerable desde cualquier prisma. Antonio Basagoiti, espoleado por el avance de la ultraderecha en Francia, y para no perder comba, se pone a la cabeza de las tropas de asalto del Imperio al grito de Santiago y cierra España.

Hay quien todavía se sorprende por el porcentaje de votos obtenido por la ultraderecha en el país vecino del norte, pero no hay razón alguna para la sorpresa. En nuestro país vecino del sur, la ultraderecha política y sociológica de toda la vida, esa que en otros países vota a Haider, Wilders o Le Pen, obtuvo la mayoría absoluta hace poco más de cinco meses. Y, a veces, a los portavoces de esa ultraderecha les pierde el carácter y se les va la lengua. Tanto revuelo han causado sus palabras, que se ha visto obligado a tomar taza y media de rectificación. La excusa que ha dado ha sido la misma que utilizó en el affaire Simpson – López: “No quise decir eso”. Excusa barata, por lo tanto. Basagoiti dijo lo que dijo, y sinceridad no le faltaba. Otra cosa es que tras despacharse con semejante burrada, al ver su repercusión, haya deseado que se le tragara la tierra. Y es que nunca nadie se había atrevido a tanto. ¿Se imaginan ustedes la que se hubiera montado si en plena crisis industrial de los años 80 y a la hora de poner en marcha las medidas de transformación económica que nos hizo superarla, algún político nacionalista vasco se hubiera atrevido a decir “los de casa primero”? Le habrían linchado. Pero eso nunca ocurrió. Ningún político fue tan irresponsable. Sin duda, el dirigente popular vasco lo ha hecho llevado por la sensación de que en la sociedad, principalmente en sectores de bajo nivel intelectual y poco arraigo social, ha prendido la idea de que los extranjeros en general son los causantes de todos los males. Por eso trató de justificar los brutales y antisociales recortes del Gobierno Rajoy con el populista y fascista argumento del gasto sanitario de los inmigrantes sin papeles que no es más que el chocolate del loro del sistema, olvidándose de que, en todo caso, el coste económico de esa atención es infinitamente menor que el coste social de expulsar del sistema sanitario a una parte de la sociedad.

Mientras tanto, sus socios de gobierno en Euskadi, en su irresponsabilidad característica, sonríen en su plácida siesta de tres años, confiados porque saben que los recortes del Partido Popular tapan los mismos recortes socialistas en la Comunidad Autónoma Vasca, y con ello ya tienen hecho el 50% de su campaña. Ahora esperan agazapados el momento en que suene el silbato para hacer saltar por los aires el acuerdo pactado a sangre y fuego con el partido de Basagoiti. Falta por conocer el momento (pronto, porque el tiempo se les escurre entre los dedos) y la excusa: puede ser alguna de las leyes atascadas en el cajón del Parlamento Vasco, alguna salida de tono… pero váyanse preparando, porque haberla, la habrá, siguiendo la estela de aquella orden de Nicolás Redondo Terreros que dinamitó el gobierno de coalición PNV – EA – PSOE en 1998, tal y como recordaba hace unos pocos días el lehendakari Ardanza en estas mismas páginas.

En esta época en la que cualquiera es capaz de recitar de carrerilla la alineación del Athletic que volverá en unas pocas semanas a remontar la ría en la gabarra, se hace extremadamente difícil recitar la alineación del Gobierno de Lakua más allá de los nombres que se nos vienen a la cabeza por los desastres causados: López, Ares, Bengoa, Celaá, Arriola, Zabaleta… Y esto es algo que la sociedad vasca no debe permitir. Es indispensable que la sociedad vasca jamás olvide quiénes fueron los indolentes irresponsables que en la época de mayor crisis que hemos conocido cantaban y tocaban el arpa mientras ardía el país.

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