UAN MANUEL BELLVER PARÍS CORRESPONSAL

Le Pen facilita la victoria de Hollande con su voto en blanco

El Mundo, , 02-05-2012

Marine Le Pen quiere darle la puntilla a Nicolas Sarkozy. La enérgica líder del Frente Nacional desea secretamente que el próximo presidente sea el socialista François Hollande para convertirse ella en cabeza de la nueva derecha.

Suena maquiavélico. Pero sólo así se explica su decisión, hecha pública ayer, de votar en blanco el próximo domingo. «No acordaré mi confianza a ninguno de los dos candidatos», anunció Le Pen durante un acto en París coincidiendo con la Fiesta del Trabajo. «Uno quiere hacer ganar a la derecha y otro a la izquierda, pero se las vienen ingeniando ambos para hacer que pierda Francia. Así que el 6 de mayo votaré en blanco y, en junio, votaré azul marino para devolver la Asamblea Nacional al pueblo».

El presidente-candidato sabía hace días que no podría contar con el apoyo de Le Pen para revalidar su mandato. No después de haber rechazado un eventual pacto de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) con el Frente Nacional en las inminentes legislativas. Por eso lleva semanas flirteando con el elector de Marine y por eso ella aprovechó ayer la coyuntura para criticar sus esfuerzos de «travestirse en el candidato del pueblo después de cortejar sin pudor a las élites mundiales, de haber hecho explotar la inmigración, destruido millones de empleos, defendido el poder del dinero y renunciado a la soberanía nacional».

No por previsible la decisión de Le Pen deja de tener importancia, ya que pone las cosas aún más difíciles al aspirante conservador. Y cuantos más esfuerzos hace Sarko por escorarse a la derecha, más sangrantes resultan las críticas de la líder del FN al «sistema UMPS», ocurrente fusión de las iniciales de los partidos mayoritarios que delata su cercanía en algún aspecto. «El sistema UMPS usa todos los trucos para engañar a los franceses. Es risible ver a un candidato socialista descubrir el sufrimiento de las clases sociales. Pero no habrá auténtica política social mientras persista este modelo financiero ultraliberal que la izquierda ha contribuido a impulsar tanto como la derecha», denunció Le Pen desde el escenario frente a la Ópera Garnier.

Más de 5.000 simpatizantes habían acudido a la marcha por el 600º aniversario de Juana de Arco, durante la cual Marine depositó un ramo de flores ante su estatua en la Place des Pyramides. A lo largo del recorrido matutino hubo consignas antiinmigración y gritos de «ni derecha ni izquierda, Bleu Marine», publicitando ese nuevo patronímico de Rassemblement Bleu Marine (Agrupación Azul Marine) con el cual el FN se ha propuesto concurrir a los próximos comicios.

Con este cambio de nombre, la hija del viejo retrógrado da un paso más en la modernización de la formación política que fundó su padre hace cuatro décadas. Pero el discurso ultranacionalista persiste, ahora más orgulloso que nunca tras cosechar 6,4 millones de votos: «¿Qué efecto produce pasar de fascista racista a francés que hay que tener en cuenta, de idiota a árbitro de la elección presidencial? Nos hemos convertido en el centro de gravedad de la vida política francesa. Nuestro discurso se ha impuesto pese a las censuras y los comentarios malévolos».

Sobre Sarkozy y Hollande, indicó que «mienten y ninguna de las medidas que han propuesto serán aplicadas», para denunciar después la «danza del vientre» que vienen ejecutando «para la troika: el FMI, el BCE y la Comisión Europea». Y al revolucionario Jean-Luc Mélenchon lo retrató como «una criatura salida del sarkozismo cuyo su único logro habrá sido ayudar a mejorar el score de quien pretende combatir». «No tenemos lecciones que recibir de nadie y menos de aquéllos que han transformado nuestro país en república bananera», concluyó. «Nada a partir de ahora será como antes».

>Videoanálisis de Iñaki Gil.

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