El debate sobre las fronteras sonroja a Francia
Los socios europeos critican a Sarkozy por su electoralismo y falta de discreción
El Mundo, , 27-04-2012El presidente francés, Nicolas Sarkozy, quiere exprimir al máximo sus días de campaña electoral antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y para ello no ha dudado incluso en llevar su programa electoral hasta Luxemburgo, donde ayer se reunieron los ministros de Interior de los Veintisiete para debatir de manera informal y casi improvisada la reforma del Tratado de Schengen. Pero esa estrategia no ha sentado bien a los colegas europeos de Claude Gueant, el ministro de Interior francés que presentó su propuesta francoalemana para interrumpir voluntariamente la libre circulación de personas y mercancías ante el continuo fallo que a su juicio se están produciendo en los controles fronterizos externos.
La realidad es que ese debate no es nuevo ya que surgió desde el momento en que la Comisión Europea lanzó su intención de reforma de Schengen, en la que reclama más poder del Ejecutivo comunitario para decidir cuándo un país puede o no restablecer sus fronteras. Lo que sienta mal es el momento elegido por Francia para airear los problemas de inmigración que genera el actual acuerdo, firmado por 25 países y considerado uno de los grandes hitos de la integración europea. «Esto no tiene nada de nuevo, pero creo que las agendas electorales son más importantes que el fondo de los asuntos que existen desde hace tiempo», dijo la ministra belga de Interior, Joelle Milquet, quién aseguró sentirse «un poco utilizada» por Francia.
Incluso a Alemania no le ha gustado el modo en que el Gobierno de Sarkozy ha publicitado el acuerdo alcanzado entre ambas partes para promover su propia versión de Schengen. «Escribí cartas con mis homólogos sobre temas importantes para nosotros, pero no todas esas cartas están pensadas para ser publicadas», lamentó a Afp el titular germano, Hans Peter Friedrich, a su entrada al Consejo de la Unión Europea.
París defiende la soberanía de los estados miembros para decidir sobre sus fronteras y poder restablecer sus controles durante un mínimo de un mes, aunque prorrogable, cuando exista la amenaza de una llegada masiva de inmigrantes ilegales. Según Gueant, cada año se producen 400.000 entradas irregulares en el territorio Schengen debido a que fallan los controles en los países adheridos al tratado con fronteras exteriores, como es el caso de España, Italia, Grecia y Polonia, entre otros. Sólo un día después de la primera vuelta de las elecciones, el aún presidente y candidato a la reelección, Nicolas Sarkozy, aseguró en tono desafiante que «si Europa no puede defender sus fronteras, Francia lo hará».
Actualmente los países firmantes de este tratado pueden restablecer sus controles fronterizos durante periodos limitados en caso de que exista una amenaza para la seguridad, como va a hacer España la próxima semana con motivo de la reunión del Banco Central Europeo (BCE) en Barcelona.
La comisaria de Interior, Cecilia Malsmtrom, defiende el derecho de los estados miembros a suspender temporalmente Schengen en casos justificados. Sin embargo, tras los conflictos diplomáticos entre Francia e Italia durante el pasado año por la llegada de inmigrantes procedentes del Norte de África, la Comisión lanzó una propuesta que irritó a la mayoría de los países miembros del acuerdo. El Ejecutivo Comunitario pretende que en casos de emergencia, como un ataque terrorista, los estados puedan cerrar sus fronteras durante un máximo de cinco días, que podrían ser ampliables con la autorización de Bruselas. Pero, y aquí viene la parte más controvertida, en los casos no excepcionales (algo que no está muy bien definido) un estado no podría decidir la anulación del Tratado de Schengen sin el visto bueno del la Comisión y una mayoría cualificada de los países miembros.
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