El hispano Marco Rubio acerca a Mitt Romney a la causa migratoria
En su gradual giro desde la derecha al centro, el candidato republicano estaría preparando la aceptación de la ley que promueve el senador por Florida para la legalización de jóvenes «sin papeles»
ABC, , 27-04-2012Sea candidato a vicepresidente o no, el senador republicano Marco Rubio le está sirviendo a Mitt Romney para ablandar sus posiciones en inmigración y acercarse al electorado hispano. Rubio, senador por Florida, hijo de inmigrantes cubanos y de una gran oratoria en las dos lenguas, promueve una ley para la legalización de jóvenes «sin papeles» que busca un camino de enmedio entre la cerrazón del actual consenso republicano y una mayor liberalidad de los demócratas, criticada por sus oponentes por contribuir al efecto llamada. Rubio propone que se concedan visas a los hijos de inmigrantes ilegales que están en la Universidad o sirven en el Ejército, sin que ello suponga un paso para la nacionalidad.
La versión de Rubio de la «ley Dream» (por las siglas en inglés de Desarrollo, Ayuda y Educación para Menores Extranjeros, cuyo acrónimo significa «sueño») aún no ha sido plenamente acogida por Romney, pero todo indica que está preparando su aceptación dentro de su gradual giro desde la derecha al centro, como marca el manual de toda transición entre unas primarias y las presidenciales. «Estoy mirando la propuesta; tiene muchas cosas encomiables, pero es algo que estoy estudiando», dijo esta semana cuando Rubio le acompañó en actos de la campaña electoral. Esa presencia volvió a provocar rumores sobre la posibilidad de que el senador sea el candidato a la vicepresidencia, pero Romney se está tomando su tiempo para elegir su acompañante en el tícket electoral y sigue sin dar pistas sobre sus preferencias.
Solución consensuada
La ley Dream se gestó ya hace diez años, cuando una mayor colaboración entre republicanos y demócratas permitió proyectar una solución consensuada para resolver la situación de los inmigrantes ilegales en Estados Unidos, que hoy se calcula que llegan a los once millones de personas. Pero las prioridades que estableció el 11-S retrasaron su aprobación y cuando finalmente llegó la votación en el Congreso la mayoría de los republicanos había cambiado de posición. A final de 2010 la ley fracasó en el Senado por 55 votos frente a 41. Ese marco de posturas más duras en inmigración explica que en estas primarias Romney haya sido muy inflexible en esta materia.
El empuje de Rubio puede superar esa situación, ofreciendo una salida a los republicanos y captando la atención de muchos hispanos que se sienten defraudados por el incumplimiento de las promesas de Barack Obama.
La propuesta de Rubio prevé que a los jóvenes que llegaron a Estados Unidos cuando tenían menos de 16 años (los que han nacido en el país tienen directamente la nacionalidad) puedan acceder a una visa de trabajo si han completado la enseñanza secundaria y llevan al menos dos años en la Universidad o en el Ejército. A partir de ahí podrían si lo desean iniciar el proceso de naturalización. «Tendrían los mismos derechos, no más, no menos, que cualquier otra persona que tenga una visa de no inmigrante», ha explicado Rubio.
La versión demócrata, en cambio, acepta ya el paso por la universidad, el Ejército o servicios comunitarios como camino para la concesión efectiva de la nacionalidad.
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