Sarkozy se jacta de que "ser tratado de fascista por un comunista es un honor"

El presidente acentúa su giro a la derecha para conquistar los votos de le pen La líder ultra condiciona su apoyo a un eventual acuerdo sobre las legislativas de junio

Diario de noticias de Gipuzkoa, EFE/n.g., 27-04-2012

parís. El presidente de Francia y candidato a la reelección, Nicolas Sarkozy, está acentuando a marchas forzadas su giro hacia la derecha más reaccionaria con el objetivo indisimulado de captar parte de los votos (un histórico 17,9%) que la líder del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, logró en la primera vuelta de las presidenciales francesas. Para ello no dudó en jactarse de que “ser tratado de fascista por un comunista es un honor”.

Sarkozy aseguró ayer que su “delito” es “ser el más criticado por Marine Le Pen”, en respuesta a quienes le acusan de orientar su campaña hacia la extrema derecha.

“¿Qué debo hacer, continuar haciendo campaña en la segunda vuelta como si seis millones y medio de franceses no hubieran dicho nada?”, se preguntó Sarkozy en un mitin en Raincy, en la periferia norte de París.

El presidente saliente, que recabó el 27,18% de los votos en la primera vuelta, por detrás del socialista François Hollande (28,63%), volvió a hacer de la inmigración uno de los temas centrales de su discurso.

“Nadie puede considerar que pronunciar la palabra inmigración es un delito”, dijo Sarkozy, quien aseguró que “Francia es un país abierto y de acogida, y lo seguirá siendo”.

Sarkozy defendió su propuesta de reducir a la mitad el número de inmigrantes legales llegados a Francia porque el modelo actual no logra el objetivo de la integración.

“¿Por qué no funciona? Porque no tenemos suficientes trabajos, escuelas y viviendas para acoger dignamente a los que vienen”, indicó.

examen de francés En ese sentido, reiteró su iniciativa de obligar a aquellos que quieran obtener permiso para vivir y residir en Francia a someterse a un examen de francés y otro sobre los valores de la República.

Sarkozy aseguró que detesta el racismo y se refirió a aquellos que le acusan de “fascista” por insistir sobre el tema de la inmigración.

“Ser tratado de fascista por un comunista es un honor”, afirmó en alusión a la portada del diario comunista L’Humanité, que le comparó con el mariscal Philippe Pétain, jefe del gobierno colaboracionista galo con los nazis.

Mientras, Marine Le Pen condicionó el voto de su militancia a favor de Sarkozy en las presidenciales al apoyo que pueda recibir de este en las legislativas de junio.

En una entrevista concedida a la emisora RTL, indicó que antes de pronunciarse espera del presidente y aspirante a la reelección, Nicolas Sarkozy, y del secretario general de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean François Copé, una respuesta clara al respecto. “Espero a que Sarkozy y Copé respondan si en caso de duelo entre el FN y el Partido Socialista en las legislativas preferirían que fuera elegido un diputado socialista o uno del Frente Nacional”, apuntó la ultraderechista.

Le Pen lamentó, no obstante, que los proyectos que ofrecen tanto Sarkozy como el socialista François Hollande ofrezcan una futura presidencia del país que vaya a estar marcada a su juicio por la “dictadura” de la Unión Europea. “No habrá una presidencia, sino una gestión vaga bajo la dictadura de la UE”, indicó.

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