No sólo en Francia crece la ultraderecha. A dos semanas de las elecciones griegas, previstas para el 6 de mayo, los sondeos muestran un notable ascenso del partido radical Chrysi Avgi (Amanecer Dorado), relacionado con disturbios en Atenas. Según la última encuesta de la agencia Public Issue, su apoyo se cifra en el 5,5%, suficiente para entrar en el Parlamento.

Amanecer Dorado ha logrado popularidad con un discurso basado en la lucha contra la inmigración y los recortes. Sus miembros utilizan públicamente el saludo fascista, sus símbolos se relacionan con los de la Alemania nazi y sus «grupos de ciudadanos» han sido vinculados con sucesos violentos contra inmigrantes: el asesinato de un ciudadano griego en 2011 desembocó en semanas de represalias contra el colectivo extranjero atribuidas a sus activistas. La inmigración, relacionada con el aumento de la criminalidad, se ha convertido en el principal debate de las elecciones por encima de la crisis económica.

Nikolaos Michaloliakos, un periodista de 55 años, es el líder y fundador del partido. En 2010 ganó un asiento como concejal en el Ayuntamiento de Atenas tras conseguir el 5,3% de los sufragios. «Devolvamos Atenas a los griegos» fue el eslogan de su campaña para hacerse con el control político de la capital, un mensaje utilizado ahora a nivel nacional.

Activista radical en su juventud, pasó tiempo en la cárcel tras agredir a periodistas y ser sorprendido con armas de fuego. Michaloliakos definió Amanecer Dorado, fundado en 1980 y legalizado en 1993, como «nacionalsocialista». Sus estatutos aclaran que sólo «los arios de sangre y griegos» pueden ser miembros.

Respecto a los ajustes, la posición antigermana del partido es clara. «Es un derecho odiar a Alemania porque son los líderes de los ‘bancsters’ y de la UE», asegura Michaloliakos.

Su ascenso ha mermado las aspiraciones de LAOS, el partido de ultraderecha presente hasta ahora en el Parlamento y socio del Gobierno de concentración de Lucas Papademos hasta febrero. Este grupo de 15 diputados (5,63% de votos en 2009) podría verse reducido drásticamente: tan sólo un 3% les apoyaría ahora, de acuerdo con el sondeo de Public Issue.