Breivik dice que le ha inspirado más el nacionalismo serbio que el nazismo

El terrorista advierte que hay más ‘templarios’ como él dispuestos a matar

La Vanguardia, , 19-04-2012

Copenhague Servicio especial Anders Behring Breivik, autor confeso de la mayor matanza de la historia reciente de Noruega, reivindica una y otra vez su pertenencia al grupo de los Caballeros Templarios. Se refiere a ello en varias ocasiones en el manifiesto de 1.500 páginas que divulgó justo antes de los ataques y no ha dejado de mencionarlo desde que empezó el proceso en el que se le está juzgando por lo que hizo.

Pero, dicha organización ¿existe o es pura ficción? Esta es la pregunta que los fiscales trataron de esclarecer ayer en la tercera jornada del juicio, en la que siguieron interrogando con intensidad al acusado. Lo cierto es que la existencia de los Caballeros Templarios no es ni mucho menos una cuestión secundaria; encontrar la respuesta es crucial no sólo para determinar la salud mental del terrorista sino también para acabar de dilucidar si recibió o no ayuda de posibles cómplices.

De momento y tras nueve meses de pesquisas, la policía noruega no ha encontrado ninguna evidencia que pruebe la existencia de esta organización. Que se sepa, tampoco ha sido identificado ningún colaborador del terrorista. Breivik, sin embargo, volvió a insistir ayer con remarcable tozudez en que no se ha inventado nada e incluso aseguró que otras dos células estarían listas para cometer nuevos ataques en Noruega. El terrorista, que lleva sosteniendo esta teoría desde el mismo día en que cometió la matanza, reafirmó que estas células podrían actuar “en cualquier momento”.

Según sus declaraciones, la red de los Caballeros Templarios fue fundada por él y otros tres “militantes nacionalistas” en Londres en el año 2002. “Forman parte de ella entre unas 15 y 80 personas en toda Europa”, aseguró. Sin embargo, dicha organización “no tiene líder”, sino que está hecha para que cada miembro encabece “su propia célula”. Es por eso por lo que, tras la reunión londinense, habría mantenido poco contacto con los demás miembros.

Los fiscales también dirigieron sus preguntas a la reunión secreta que el terrorista asegura haber mantenido en Liberia con otro nacionalista, esta vez serbio, en la primavera del 2002. Según especificó, esa persona, de la que no quiso revelar el nombre, se halla en búsqueda y captura por “crímenes de guerra” cometidos para “defender a su país de los musulmanes”.

Entre otras cosas, afirmó que la causa del nacionalismo serbio es una de las que más le ha inspirado, al menos mucho más que el nazismo, ideología de la que, de hecho, se distancia por ser de la “vieja escuela”. “Es más, soy un de este razonamiento? Está intentando levantar dudas sobre la existencia de esta red… ese es su propósito”, se quejó el terrorista, que acusó a Engh de tratar de ridiculizarlo.

Lo cierto es que una de las cosas que más teme el acusado es que los jueces le tomen por loco. Esto deslegitimaría su mensaje, justo lo contrario de lo que él se propone, pues quiere convertir el juicio en una operación de marketing para divulgar sus ideas.

En este sentido, inquieta saber que en los últimos meses varios individuos, no sólo noruegos sino también de otras partes del mundo, le han mandado cartas en las que aprueban sus actos. Las misivas contienen “inequívocas declaraciones de apoyo con los mismos puntos de vista políticos” del acusado. Proceden de “cómplices políticos” que “usan la misma lengua y terminología que él”, señala el psiquiatra Terje Tørrissen en el segundo estudio mental al que ha sido sometido el acusado y una parte de cuyo contenido trascendió ayer. Algunos de estos seguidores dicen incluso que Breivik “les ha inspirado y que se han vuelto más extremistas”.

Kevin Forts es uno de ellos. Según informa el diario noruego VG, este joven estadounidense de 23 años “sueña” con conocer a Breivik y asegura que lo que hizo en Utøya demuestra que “es un patriota nacionalista racional que quiere proteger a su gente contra el islam, el multiculturalismo y el marxismo”. ha vuelto a quedar de manifiesto con el anuncio de Australia de que no esperará al 2014, el plazo pactado, para retirar sus tropas de combate. Lo hará a mediados del 2013, cuando –calcula– ya habrá transferido a los afganos el control de la seguridad de las zonas que tiene a su cargo.

Francia hizo un anuncio similar a principios de año. Pero, como cada vez que un país pone en cuestión el lema de “entramos juntos, saldremos juntos”, la Alianza trata de cerrar filas y dar una imagen de normalidad. “Está en línea con nuestra estrategia de transferir la seguridad gradualmente a los afganos”, aseguró Rasmussen. El ministro de Defensa alemán, Thomas de Maizière, en cambio, se declaró “sorprendido” por la decisión. “No es eso lo que mi colega australiano me dijo en febrero”, lamentó.

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