MUNDO
Breivik llama a sus víctimas «gente con el cerebro lavado»
El ultraderechista juzgado en Oslo dice que su matanza en la isla de Utoya y en la capital noruega «fue un acto de bondad»
Diario Vasco, , 18-04-2012Anders Behring Breivik compareció ayer ante el tribunal que le juzga en Oslo con un aspecto impecable y la intención de hacerse oir. En la segunda jornada del juicio por la matanza que cometió en Oslo y en la isla de Utoya el pasado 22 de julio, reconoció haber acabado con la vida de 77 personas, pero negó su culpabilidad ya que, según afirmó, lo hizo «en defensa propia».
El ultraderechista noruego declaró que el doble atentado fue «el ataque político más sofisticado y espectacular cometido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial». Lo único que debería sorprender a Noruega, según afirmó, es «por qué un acto así no ha ocurrido antes».
Los familiares de las víctimas, presentes en la sala, escucharon en silencio, durante más de media hora, la declaración de Breivik, tan dura en algunos momentos que la jueza principal, Wenche Elizabeth Arntzen, le llamó la atención varias veces y le pidió respeto, aunque no le impidió que continuara. Ni siquiera cuando arremetió contra los 69 jóvenes asesinados en la isla de Utoya, pertenecientes a las juventudes del Partido Laborista, de quienes llegó a decir que eran «muy parecidos a las Juventudes Hitlerianas». «No eran inocentes, niños civiles, sino activistas políticos que trabajaban por el multiculturalismo», dijo el acusado, que los calificó de «gente adoctrinada y con lavado de cerebro».
Breivik aseguró también que el objetivo de los atentados, el primero con una furgoneta bomba en el complejo gubernamental de Oslo y el segundo en la isla de Utoya, donde disparó contra los 69 jóvenes, era cambiar la política de inmigración del Gobierno laborista y evitar una futura guerra civil. Por ello, insistió en que había sido «un acto de bondad» y «patriótico», en defensa de la «etnia noruega», y que «morir como un mártir» por este motivo sería «el mayor honor que se puede experimentar».
Aunque la sesión de ayer no fue retransmitida por televisión «por respeto a las víctimas», los familiares denunciaron que se permitiera a Breivik «utilizar el juicio para hacer propaganda a favor de la violencia». El acusado intervendrá ante la sala a lo largo de los próximos cinco días y el juicio durará aún diez semanas más. En caso de que el tribunal declare a Breivik dueño de sus actos sería condenado a 21 años de cárcel. De aceptar que padece problemas mentales, se le ingresaría en una institución psiquiátrica.
Juez recusado
La segunda jornada de este juicio comenzó con media hora de retraso debido a la petición de la fiscalía, la defensa y los abogados de los afectados por los atentados de que se inhabilitara a uno de los miembros del tribunal por haber pedido para Breivik la pena capital en un artículo publicado al día siguiente de la matanza. El portal de Internet Vepsen, que investiga temas relacionados con el racismo y la ultraderecha, había informado de que uno de los jueces legos no letrados que componen el tribunal había publicado un texto en la web del diario VG en el que decía: «¡La pena de muerte es la única solución justa en este caso!».
El tribunal que juzga a Breivik está formado por dos jueces profesionales y otros tres nombrados para el caso por la sociedad civil. Ayer, en la apertura de la sesión, la juez principal Arntzen informó de que, cuando todos ellos fueron elegidos, negaron haberse haberse expresado públicamente sobre la culpabilidad o no de Breivik. Sin embargo, uno de los jueces legos, Thomas Indrebo, confesaría ser el autor del comentario. El puesto de Indrebo, recepcionista de profesión, será ocupado por un sustituto no letrado.
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