Editorial

Francia, frente a la polarización

Pese al duelo entre Sarkozy y Hollande, serán los resultados de los otros tres candidatos el domingo los que mediaticen las opciones y oferta de ambos en segunda vuelta, sus políticas si llegan al gobierno y hasta los equilibrios ideológicos en la UE

Deia, 18-04-2012

LA primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas que se celebrarán este próximo domingo y la escasa distancia que separa en las encuestas a los dos únicos de los cinco candidatos – Nicolas Sarkozy y François Hollande – con opciones a imponerse en la votación definitiva del 6 de mayo parece polarizar en dirección a ambos el apoyo electoral. Sin embargo, son los resultados de los otros tres candidatos – el centrista François Bayrou, el líder del Frente de Izquierdas, Jean Luc Melenchon; y la heredera de la xenofobia ultraderechista, Marine Le Pen – los que determinarán las posibilidades reales de los dos primeros, su oferta electoral más allá de las actuales compartidas previsiones de recortes económicos y austeridad, e incluso su política una vez alcanzado el gobierno. En ese sentido, Bayrou (Modem) quizás parta como el más perjudicado por la polarización, pero cuenta con un antecedente a su favor: el hecho de que ya en 2007 irrumpiera sorprendentemente con una quinta parte de los votos de la primera vuelta, y un apoyo importante, por cierto, en Iparralde a lomos de su origen, por cuanto nació en Bordères, Pirineos Atlánticos. Bayrou podría beneficiarse de dos segmentos de voto, el de los moderados desencantados de la política de Sarkozy que ha convertido a Francia en consorte de Alemania pero sin eludir para sí los peligros – ni el déficit, del 5,2% – que acechan a sus vecinos del sur y el del voto rural de corte tradicional que ya le apoyó en gran parte hace 5 años y que podría mostrarse mucho más remiso a la candidatura de Marine Le Pen que lo era a la de su padre. Esta, por su parte, parece haber comprendido que la difícil posibilidad de mantener al Frente Nacional como tercera fuerza en liza, lo que le obligaría a mantener en torno al 15% de los votos, radica en exacerbar su discurso y dirigirlo a ese millón de franceses que han perdido su empleo en los últimos tiempos de la legislatura de Sarkozy, culpando a la inmigración de todos los males. De los resultados de ambos en esta primera vuelta dependerán las posibilidades, pero sobre todo la tendencia ideológica con que el actual presidente francés se enfrentará a la segunda parte de la campaña. Algo similar sucede con Hollande y con Melenchon, la gran sorpresa de las encuestas y de la campaña hasta ahora. Con posibilidades de lograr lo que únicamente ha logrado un candidato de extrema izquierda en la V República – el líder del PCF, Georges Marchais en 1981 – al situarse en tercer lugar, su discurso rupturista frente al dominio de los mercados financieros y el sojuzgamiento de la política por estos, le coloca en una horquilla de entre el 13% y el 17% de los votos, lo que supone a priori una rémora para quien fuera su camarada, Hollande, pero aseguraría a este las condiciones del éxito en la segunda vuelta bien que a través de una radicalización de sus políticas que alteraría, profundamente además, los equilibrios en la Unión Europea.

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