Las peleas entre bandas juveniles atemorizan a los vecinos del barrio de Tres Forques
Las Provincias, , 18-04-2012Los enfrentamientos entre una pandilla de jóvenes rumanos y otra de españoles se han recrudecido en los últimos días tras la oleada de coches quemados y la aparición de pintadas racistas en el barrio de Tres Forques en Valencia. El último vehículo incendiado, un Ford Fiesta de un miembro de la banda del Juani, fue utilizado días después para atemorizar e insultar al grupo rival.
«Rumanos fuera» y «Rumanos de mierda» fueron dos de las frases que pintaron en el capó y un lateral, respectivamente, del turismo calcinado por dentro en la calle José Barberá Falcó. Al lado, junto a los faros, una cruz gamada de color rojo revela presuntamente la ideología de la pandilla de españoles, algunos de ellos con delitos de sangre.
Los individuos empujaron el coche hasta la entrada del grupo de viviendas donde reside el grupo de rumanos. Era una clara amenaza. Un brote de racismo. Culpaban a una banda rival de la quema del Ford Fiesta. Días antes, otro coche fue pasto de las llamas, pero en esta ocasión el propietario afectado no era un español, sino un rumano. El cruce de acusaciones y amenazas desencadenó más pintadas de cruces gamadas en el barrio y una pelea callejera.
El grupo de viviendas Virgen de los Desamparados, junto a la avenida del Cid y la central de la Policía Local de Valencia, se ha convertido en un polvorín. Y la mecha está a punto de prender. Nueve vehículos quemados, entre ellos el del presidente de la asociación de vecinos, en menos de dos meses. El temor se ha adueñado del barrio. Los enfrentamientos entre varias pandillas atemorizan a los vecinos y comerciantes.
Pero dos bandas preocupan principalmente a la Policía. Una de ella está liderada por un delincuente que formó parte de la temida banda del mazo. Hasta 14 robos, la mayoría de ellos en joyerías, le atribuyeron en el año 2001 a este grupo delictivo. Tras pasar una larga temporada en la cárcel, el sospechoso se ha enemistado ahora con una pandilla de jóvenes rumanos, algunos de ellos también con antecedentes policiales.
El pasado miércoles, ambas bandas se retaron tras aparecer las pintadas racistas en el coche quemado y después de que un joven rumano fuera agredido por varios españoles. El grupo extranjero juró vengarse, pero la Policía lo impidió. Sobre la una de la madrugada del jueves, seis patrullas de la Policía Nacional abortaron lo que podría haber sido una pelea multitudinaria.
«Algunos de los policías persiguieron a un grupo de encapuchados, pero no detuvieron a nadie», explica Amparo M. «Si no llamamos al 091 se matan entre ellos. Llevaban palos y navajas», añade la vecina. Tras la intervención policial, los comentarios sobre la reyerta frustrada corrieron como la pólvora en la barriada.
Intranquilidad en el barrio
La relativa calma llegó otra vez a los grupos de viviendas ocupadas en su mayoría por inmigrantes rumanos, marroquíes y paquistaníes en la confluencia de las calles Ángel del Alcázar, Antella y José Maestre. «Llevamos muchos años conviviendo si ningún problema. No vamos a dejar que unos delincuentes rompan la tranquilidad del barrio», asevera Vicente R., un jubilado que ha sufrido varios robos en su vivienda y su vehículo. «Mi coche lo abren muchas noches para meterse dentro y fumar porros. Al día siguiente encuentro las colillas en el suelo y los asientos reclinados», explica el anciano con gesto de preocupación.
Los vecinos se felicitan por la cercanía de la central de la Policía Local de Valencia. «Tenemos dos policías de barrio y los coches de la Policía patrullan todos los días», afirma Ana C. Sin embargo, la intranquilidad se ha apoderado de muchas madres. «Ha cambiado mucho el barrio para peor en los últimos años. Cuando yo era pequeña bajaba a jugar a la calle con mis amigas, pero ahora no se me ocurriría dejar sola a mi hija en el parque», asegura María L.
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