Bilbao. La Ertzaintza logró detener ayer al presunto asesino de la calle Iturribide. Tras casi una jornada de búsqueda – le habían identificado al poco de cometer la agresión mortal – , el dispositivo de búsqueda tuvo éxito alrededor de las nueve de la noche cuando el sospechoso fue localizado en el municipio vizcaino de Lemoa. Tras detenerle, el joven fue trasladado a dependencias policiales, donde los agentes seguirán con la investigación de la muerte de un ciudadano marroquí, de 43 años, el pasado domingo en la bilbaina calle Iturribide,

La agresión se produjo en las puertas del restaurante pizzería Palestina, en el número 52 de la calle Iturribide de la villa; una zona que “se está convirtiendo en escenario habitual de agresiones con arma blanca”, según denuncian los vecinos.

Bashir, la víctima, era natural de Marruecos, donde deja una mujer y cuatro hijos. Llegó a Bilbao hacía apenas dos semanas procedente de Italia, por lo que no tenía muchos amigos, si bien eran muchos los que le conocían “de vista”, ya que se ganaba la vida recogiendo chatarra por la ciudad.

Bashir perdió la vida la tarde del pasado domingo en el Casco Viejo como consecuencia de un altercado que se podría calificar de insignificante. Según señalaron clientes habituales del establecimiento, la discusión comenzó al mediodía del domingo frente al restaurante pizzería Palestina, un local muy transitado por ciudadanos norteafricanos. “Bashir subía la calle y al pasar por delante del bar golpeó accidentalmente al otro hombre con su carro”, explica Iman, cliente del bar.

Entonces se inició una pequeña discusión que no fue más allá. No obstante, horas después, ambos volvieron a encontrarse en el mismo lugar y estalló el conflicto. No se sabe muy bien quién de los dos comenzó la pelea. Todo fue muy rápido, apenas unos segundos. Al agresor le bastó un certero navajazo para acabar con la vida de Bashir. Y es que, al parecer, la puñalada le alcanzó el corazón, por lo que el hombre no tardó en desangrarse. “Nosotros estábamos dentro del bar y escuchamos alboroto fuera. Al salir, vimos al hombre tendido en el suelo y junto a él un charco de sangre. Llamamos a la ambulancia, pero cuando vinieron no pudieron hacer nada. Estaba blanco como la leche. Había muerto”, esclarece uno de los clientes del local y testigo de lo sucedido. No en vano, aún en la mañana de ayer, eran visibles las salpicaduras de sangre en uno de los vehículos aparcados frente al número 52 de la calle Iturribide.

La fuga El presunto agresor fue identificado poco después por la Policía vasca, que activó rápidamente la búsqueda; un operativo que culminó anoche con la detención del sospechoso en Lemoa. Tras la muerte de Bashir, el agresor se acercó hasta su domicilio en el número 22 de la calle Uribarri y después se dio a la fuga. De nada sirvió que varias patrullas de la Policía vasca irrumpieran en la vivienda. La Ertzaintza registró el domicilio y obtuvo varios indicios de que el agresor pasó por allí, entre ellas, una gota de sangre en la puerta de acceso a la residencia; una vivienda por la cual rotan los inquilinos periódicamente, ya que sus habitaciones están arrendadas a personas extranjeras, según cuentan los vecinos.

Los vecinos de la calle Iturribide están ya cansados. Hartos de los constantes altercados que se producen en esta vía.

La del pasado domingo es la segunda agresión con arma blanca que se produce en esta calle en menos de dos meses; unas veces por tratarse de una zona de fiesta y otras por la presencia de personas conflictivas. “Esta gente siempre lleva una navaja encima, es su cultura, y cuando tienen un problema se lían a puñaladas”, lamentaba una vecina de la zona.