Vitoria. El profesorado del IES Francisco de Vitoria cree que tras la decisión de suprimir el Bachillerato nocturno se esconde un “evidente desprecio” hacia el alumnado así como hacia los profesionales que trabajan en este centro. Así se recoge en el texto aprobado por el claustro en una reunión en la que se sometió a votación esta modificación de la oferta formativa que llega sin previo aviso por parte del Departamento de Educación.

Tal y como avanzaba DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el jueves, a partir del próximo curso el instituto gasteiztarra dejará de impartir Bachillerato. Si ya en 2011 eliminaba el horario diurno, en septiembre de este año tampoco existirá la posibilidad de estudiarlo en horario nocturno. La medida no sólo implica que no se aceptará a ningún alumno más cuando en mayo se abra la matrícula, sino que aquéllos que actualmente estén cursando este tipo de estudios en Francisco de Vitoria, en torno a un centenar, tendrán que cambiar de instituto. También lo tendrán que hacer los estudiantes de ESO una vez terminen cuarto curso, ya que la Secundaria no tendrá continuidad salvo que se decida estudiar FP.

Ése parece ser, de hecho, la única razón que da el Gobierno Vasco para suprimir el Bachillerato; necesita más espacio para ampliar la oferta de ciclos formativos ya que lo que se pretende es dedicar este instituto exclusivamente a la Formación Profesional. “Es oportuno y además está muy acordado el hecho de que específicamente haya algún centro que se dedique de manera nocturna a la FP”, señaló ayer la consejera de Educación, Isabel Celaá, quien sin embargo, durante una rueda de prensa en la que presentó el sistema de exenciones de euskera, se negó a profundizar más en este tema que define simplemente como “una cuestión de planificación”.

Pero para los profesores del IES Francisco de Vitoria el problema va mucho más allá. Por un lado consideran que la actuación, llevada a cabo sin información previa, muestra un “evidente desprecio hacia el profesorado y hacia el alumnado del centro”. Además, insisten en que la medida deja a la ESO en “una situación de discriminación estructural”. El instituto, tal y como recuerdan los docentes en un escrito al que ha tenido acceso este periódico, lleva muchos años acumulando en esta etapa “multitud de situaciones académicas problemáticas” motivadas por el perfil de su alumnado, a menudo procedente de familias desestructuradas, de origen inmigrante y por lo tanto con problemas de idioma, y a veces incluso sin una escolarización previa. Al parecer, la reorganización de la oferta educativa que plantea el área de Celaá pasa por abrir el próximo curso un aula más de ESO – serían tres en total – que, según explica el claustro, tendría como fin “ir recogiendo al alumnado que no tiene cabida en otros centros o que llegue cuando el curso esté empezado”. En definitiva, esta apertura conllevaría a su juicio “la acumulación de más problemas académicos” a los que deberán hacer frente los propios docentes sin más ayuda. “De nuevo, discriminación institucional, y de nuevo, el profesorado será quien, sin cerrar los ojos, hará frente a las situaciones que se presenten”, aseguran.

Partiendo de la particularidad del alumnado que accede a este centro, recuerdan que gracias a la labor de los profesionales que trabajan en él han conseguido que llegue a “unos niveles aceptables de integración académica”. Sin embargo, sin la posibilidad de hacer la transición de ESO a Bachillerato en el propio centro, esta integración peligra. “Al suprimir el Bachillerato de nuestro centro, tanto el diurno como el nocturno, se deja sin futuro a un alumnado que, con su esfuerzo y el del profesorado, consigue llegar a un Bachillerato que podría terminar si se diera continuidad al trabajo realizado hasta el momento”, explican los docentes. Ahora, obligándoles a cambiar de centro y escolarizándoles en grupos “normalizados”, creen que están “abocados al fracaso”.

creciente demanda Cabe recordar que en estos momentos el IES Francisco de Vitoria es el único centro educativo que ofrece estudiar Bachillerato nocturno. La modalidad no sólo permite que los estudiantes que hayan iniciado los estudios de ESO puedan continuar con su itinerario formativo en el propio centro, sino que también resulta atractivo para otros jóvenes que por distintas circunstancias no pueden recibir las clases por la mañana. Principalmente suele ser gente que ya está trabajado pero que se resiste a abandonar los estudios de forma prematura.

En el último año el número de alumnos matriculados en este tipo de estudios ha aumentado. En la actualidad, en este instituto gasteiztarra son 30 los jóvenes que cursan primero de Bachillerato, en horario nocturno, ocho más que el curso pasado. La intención del Departamento vasco de Educación, sin embargo, pasa por eliminar la oferta en este centro y trasladarla al IES Federico Baraibar.