DONOSTIA. El Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia, que celebrará su décima edición entre el 20 y el 27 de abril, adelantó ayer parte de su programación, que incluirá títulos de autores como Jafar Panahi, Robert Guédiguian y Mathieu Kassovitz. Este último será precisamente el que inaugure el certamen con el estreno en el Estado de L’ordre et la morale (2011), un filme dirigido y protagonizado por él mismo.

El realizador francés, responsable de cintas como El odio (1995) o Babylon (2008), narra en esta ocasión una historia sobre el poder del diálogo en la gestión de conflictos. La acción se sitúa en la Isla de Ouvéa, Nueva Caledonia, donde en 1988 30 gendarmes son retenidos por un grupo independentista canaco, que en el asalto al cuartel ha matado a cuatro de ellos. El capitán del grupo de intervención de la Gendarmería y el líder de los rebeldes tratarán de buscar una solución, tarea difícil en época de elecciones presidenciales: los políticos quieren acabar con el problema como sea y en esos casos el orden no siempre viene dictado por la moral.

más de 30 títulos Organizado por Donostia Kultura y el Área de Derechos Humanos del Ayuntamiento, el festival programará cerca de 30 títulos, entre largometrajes y cortos, que competirán por los tres premios que se conceden: el Premio del Público al mejor largometraje, el del Jurado al mejor corto y el Premio Amnistía Internacional a la mejor película. Entre los primeros filmes anunciados ayer figuran documentales y ficciones sobre temas tan diversos como los derechos de las personas invidentes, el cine y la libertad de expresión o la ley de asilo y el control migratorio.

El bertsolari Jon Maia, por ejemplo, estrenará Gazta zati bat (2012), un documental sobre Euskal Herria y el derecho a decidir presentado como “una gran historia escrita con letra pequeña”. La película llevará a los habitantes de un pueblo vasco conocido en todo el mundo por su queso a ser testigos de los hechos históricos de dos naciones que serán noticia en Europa: Escocia y Euskal Herria.

Manuel H. Martín recordará en 30 años de oscuridad (2011) el drama de los topos, aquellas personas que permanecieron varias décadas ocultas en escondrijos para escapar de la represión franquista, mientras que la ópera prima de la donostiarra Maru Solores, Camera Obscura (2011), cuenta la historia de Ane, una niña de trece años que lucha por encontrar su propio camino como adolescente y como invidente.

Esto no es una película (2011) es el resultado del encuentro clandestino entre Mojtaba Mirtahmasb y Jafar Panahi, el director iraní que tiene prohibido filmar “por hacer propaganda contra la República Islámica”. Mientras aguardaba en arresto domiciliario una sentencia que le condenaría a no filmar durante 20 años, su colaborador pasó un día con él hablando de cine y de futuros proyectos que no saben si podrán llevar a cabo: cuenta la leyenda que esta no – película salió del país destino al Festival de Cannes en un pen drive escondido en el interior de un pastel.

En Las nieves del Kilimanjaro (2011) el cineasta francés Robert Guédiguian, autor de obras como Marius y Jeannette (1997) o Mi padre es ingeniero (2004), habla de la acción solidaria frente a los recortes de derechos, y el canadiense Philippe Falardeau aborda la educación, las lenguas minorizadas y la identidad en Profesor Lazhar (2011).

Ríndete mañana (Give Up Tomorrow, 2011), documental que ya fue proyectado en Bilbao, se acerca al caso del preso vasco – filipino Paco Larrañaga, acusado de asesinato tras una investigación policial y un juicio kafkianos, y Vol Spécial (2011) es un nuevo acercamiento de Fernando Melgar, director de La forteresse (2008) a la situación que viven los inmigrantes que esperan la orden de expulsión definitiva.