Merah entra en campaña

El Mundo, ÁLVARO VARGAS LLOSA , 23-03-2012

Mohamed Merah obligará a encuadrar la campaña electoral francesa de un modo distinto a como se estaba planteando. Aunque el subtexto de la lid electoral era la pugna entre Nicolas Sarkozy y Marine Le Pen, la atención estaba básicamente centrada hasta ahora en el enfrentamiento entre el presidente galo y el socialista François Hollande. Pero Merah se ha encargado de volver a poner en valor a Marine Le Pen y por tanto recordar que son los votos del Frente Nacional los que decidirán quién será el próximo presidente de Francia pues sin ellos Sarkozy no podrá ganar la segunda vuelta.

Marine Le Pen ya se ha encargado de recordar que el laxismo, léase la permisividad del Gobierno francés y del establishment político en general con el fundamentalismo islámico presente entre algunos inmigrantes y sus hijos es culpable de que Merah haya podido operar sin ser detenido. También ha pedido reanudar la discusión promovida por el Frente Nacional sobre la pena de muerte. Que todos los líderes políticos que compiten con ella por la Presidencia, del moderado Bayrou al socialista Hollande, la hayan atacado sólo realza su condición de antisistema.

A su vez, Sarkozy, instigado por la sospecha de que todo este escenario ayuda a Le Pen, se ha visto obligado a anunciar medidas duras, algunas ciertamente impracticables. Entre éstas, la de sancionar penalmente a quien consulte páginas web que hagan apología del terrorismo, decisión que los tribunales europeos con seguridad anularían.

Otros argumentos de Sarkozy sonarán más razonables, como que gracias a él se fusionaron en 2008 la DST (contraespionaje) y la RG (inteligencia general), conformando la unificada Dirección Central de Información Interior. Este organismo tenía ya fichado a Mohamed Merah a partir de sus viajes a Pakistán y Afganistán, y fue el que permitió a la policía dar rápidamente con su paradero. Aunque es cierto que esta inteligencia no bastó para detener a Merah, el efecto del éxito de la operación en Francia no ha sido tanto el de cuestionar que Merah siguiera operando una vez fichado sino el de generar en la población la tranquilidad de saber que todos los yihadistas están siendo vigilados. Lo único que queda por dilucidar es si el efecto de este sangriento episodio durará lo suficiente en la conciencia de los votantes como para que la seguridad resulte el tema determinante de las presidenciales.

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