Lo mataron a martillazos. Se lo comieron. Metieron sus huesos en una trituradora que se estropeó y tiraron sus restos al río Manzanares, en Madrid. Bajo el puente de la Reina, apareció ayer descuartizada una de las víctimas de la banda de los Tigres de Arkan. El despliegue policial fue de primer nivel, frente a la ermita de San Antonio de la Florida.

La Policía puso en marcha a primera hora de la tarde de ayer un impresionante despliegue en esa zona. Acordonó parte del puente y desplegó no menos que medio centenar de efectivos para trabajar en ese área del río. Pero sabían dónde mirar. Buscaron directamente debajo del puente, en la parte más cercana al centro de Madrid. Efectivos de la Policía Científica trabajaron con paciencia pero sin descanso apartando una tras otra todas las piedras que allí había. Porque sabían que debajo estaba una de las víctimas del grupo de serbios, conocido como el Clan Zenum, detenidos el pasado 12 de febrero en Valencia y que están acusados, entre otros delitos, del asesinato del que fuera primer ministro serbio en 2003 Zoran Djindjic. Según las fuentes consultadas por este periódico, uno de esos detenidos es el que proporcionó a la Policía datos sobre la ubicación exacta de una de sus víctimas.

Este periódico ya adelantó que el clan liderado por Luka Bojovic y su lugarteniente Vladimir Milisavljevic no andaba con medias tintas en sus actuaciones. Trataba siempre de dejar el mínimo posible de pistas sobre sus crímenes. Y, para ello, no dudaba en descuartizar a sus víctimas. Se sabía que era su modus operandi en Serbia y, tras su captura, se sospechó que esta práctica también se llevó a cabo en España para acabar con sus enemigos. Según esas fuentes, todo apunta a que los restos localizados ayer en el Manzanares, frente a la ermita de San Antonio de la Florida, pueden pertenecer a un miembro de su misma banda con el que habían tenido desavenencias.

La operación contra los Tigres de Arkan la llevó a cabo la UDEV, de la Comisaría General de la Policía Judicial. Ayer, fueron sus integrantes los que dirigieron el trabajo de los técnicos policiales. En la orilla del Manzanares se dieron cita también agentes de la policía científica, antropólogos forenses y miembros de inspecciones oculares. A la zona se desplazó también un laboratorio móvil de actuaciones especiales e integrantes de Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIP), además de agentes del grupo de Seguridad Ciudadana.

Los policías colocaron una carpa para blindar sus descubrimientos de la mirada de los curiosos. Allí, en pequeñas bolsas azules, iban guardando los restos que localizaron bajo el puente. Una vez finalizada su labor (al menos inicialmente) se personó en la zona el magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que estuvo viendo los hallazgos policiales. Después, visitó la zona donde los agentes habían localizado los restos y atendió a la explicación sobre las labores de búsqueda.

Para llevar a cabo sus labores, los especialistas policiales bajaron el ya de por si pequeño cauce del Manzanares en esa zona. El trabajo de los profesionales fue tan meticuloso que utilizaron cedazos para cribar toda la tierra y las piedras de la zona. El trabajo se prolongó hasta la caída de la luz. La Policía, tras la visita del juez, acordonó la zona. Hoy tiene previsto continuar con la búsqueda.

Las fuentes consultadas por EL MUNDO apuntaron que no esperan encontrar en esa zona más que restos de un solo cuerpo. La causa está siendo instruida por el juez Andreu, que tiene sobre la mesa la petición de extradición a Serbia de los detenidos. El sumario se encuentra bajo secreto. El grupo desmantelado, según fuentes policiales, se dedicaba al asesinato por encargo, el robo, la extorsión, el tráfico de seres humanos, el narcotráfico… No dejaba artículo del Código Penal sin tocar.