PAMPLONA. Las traían engañadas desde Brasil y República Dominicana con falsas promesas de trabajo. Al llegar a España, se les facilitaba un teléfono para que se pusieran en contacto con el falso empleador. Así los explotadores conocían ya su ubicación, las recogían y las retenían en un piso patera en Zaragoza. Una vez ahí, les comunicaban que habían contraído una deuda y que se pagaba ejerciendo la prostitución, llevándolas a clubes de alterne en la Comunidad Foral, donde residían.

Ahora, la Guardia Civil de Navarra ha detenido a 13 personas y ha imputado a otras seis acusadas de integrar una red dedicada a favorecer la inmigración clandestina y la explotación sexual. Entre los detenidos cinco son dominicanos, tres brasileños y cinco españoles, tienen entre 23 y 59 años, y nueve de ellos residían en Tafalla, dos en Estella, uno en Cintruénigo y otro en San Sebastián. Entre los seis imputados, cuatro son españoles y dos brasileños, tres viven en Tafalla, dos en Pamplona y uno en Cintruénigo.

El grupo delictivo tenía varias ramificaciones y se dedicaba presuntamente también al tráfico de drogas y a la realización de matrimonios de conveniencia, según ha informado la Guardia Civil en un comunicado. La operación, denominada Arrieros, se inició en junio de 2011, cuando en una de las inspecciones periódicas realizadas en clubes de alterne, una de las chicas que trabaja en un local relató varios episodios de explotación sexual y laboral sufridos desde que llegó a España en el año 2009.

Investigaciones posteriores permitieron descubrir la existencia de un grupo organizado con una estructura jerarquizada, con un claro reparto de tareas. Unos se encargaban de captar mujeres y otros de la compra de billetes de avión y tramitación de documentos. La organización captaba mujeres en Brasil en zonas castigadas por la pobreza para engañarlas con falsas ofertas laborales para traerlas a España. Una vez captadas, les entregaban el pasaporte y un dinero necesario para entrar en el país como turistas. No realizaban viajes directos a España, sino que hacían escala en varios aeropuertos internacionales.

no podían salir solas del club Ya en el club, comprobaban que la deuda se descontaba a base de ofrecer servicios y que si no cumplían con lo indicado se les aplicaba un sistema de multas. Las mujeres eran obligadas a permanecer en el salón del local más de 12 horas seguidas, no pudiendo abandonar el mismo ni para realizar las necesidades fisiológicas más básicas, llegando incluso a realizar una única comida al día. Tal era el control que tenían sobre ellas, que si debían de salir del club lo realizaban en compañía de alguien de la organización o de una chica de confianza.

La Guardia Civil explica que la red tenía un alto grado de profesionalización, ya que para que las chicas no fueran expulsadas del país por su situación irregular, concertaban matrimonios de conveniencia con españoles a los que pagaban un mínimo de 1.500 euros. También el grupo se dedicaba presuntamente al tráfico de drogas. Suministraba cocaína a las chicas de los clubes para que éstas a su vez se las ofrecieran a los clientes, hallando en casa de uno de los detenidos un laboratorio clandestino, incautando más de 250 gramos de cocaína, 1,5 kilos de sustancias de corte, molinillos, pesos de precisión y más de 5.000 euros procedentes de la venta. Además, el Equipo Mujer – Menor (EMUME) de la Guardia Civil de Navarra realizó cinco entradas y registros en diversos clubes de alterne y domicilios, incautando diversa documentación, ordenadores y más de 6.000 euros.