Berlín se prepara ante inmigraciones oportunistas que su propia política de austeridad pueda desencadenar en el sur de Europa. Los europeos del sur que acudan a Alemania sin trabajo no podrán aspirar a la prestación social alemana por desempleo, según anunció la ministra de Trabajo, Ursula von der Layen. La exclusión prevé a los ciudadanos de 14 países de la UE, más Noruega, Islandia y Turquía. “En Alemania necesitamos un inmigrante cualificado, no queremos una inmigración motivada por el sistema social”, declaró el portavoz del Ministerio de Trabajo alemán, Jens Flosdorf. La prestación alemana por desempleo, conocida como Hartz IV, asciende a 364 euros. Hasta ahora, gracias a un convenio europeo que se remonta al año 1953, tenían derecho a cobrarla los ciudadanos de los 17 países firmantes del acuerdo, entre los que figuran miembros de la UE que Alemania considera ahora de máximo riesgo social, como Grecia, Portugal y España. Fuentes españolas señalan que no hay rastro de una “emigración oportunista” encaminada a beneficiarse de los 364 euros que ofrece el sistema alemán. Actualmente, hay en Alemania 125.000 españoles registrados oficialmente, de los que muy pocos cobran la prestación de desempleo del Gobierno. “La cifra de emigrantes que solicitan el Hartz IV al llegar a Alemania es igual a cero”, según afirma la vicepresidenta del grupo parlamentario socialdemócrata, Elke Ferner.