Sarkozy arremete contra la inmigración y los sindicatos
Ante 60.000 seguidores se presentó como el «candidato del pueblo»
ABC, , 12-03-2012Nicolas Sarkozy espera que el gran mitin de Villepinte, el norte de París, ante más de 50.000 apasionados simpatizantes, del más variopinto origen, venidos de toda Francia, sea el principio del cambio de rumbo definitivo de la campaña, reinstalando todos los problemas de Europa en el campo de batalla electoral francés, comenzando por la inmigración: «Si la Unión no toma medidas para responder a la gravedad creciente del problema, Francia suspenderá su participación en los acuerdos de Schengen, que rigen la libre circulación en Europa».
El presidente candidato confirma su agresiva estrategia de «candidato del pueblo», presentando una nueva iniciativa en cada intervención pública, cabalgando por toda Francia, esperando confirmar la inflexión de algunos sondeos, que han comenzado a cotizarlo ligeramente a la alza en la primera vuelta. Este fin de semana, el mitin de Villepinte, en la periferia norte de París, culminó con un gran aldabonazo una larga semana de campaña de iniciativas de cierta envergadura.
El lunes pasado, Sarkozy comenzó anunciando su retirada de la política si fuese derrotado en las elecciones presidenciales del 22 de abril y el 6 de mayo próximo. Y terrminó la semana a paso de carga, muy combativo, ante varias decenas de millares de simpatizantes que gritaban a coro: «¡Sarkozy presidente! ¡Nicolas, te necesitamos!». Desde las 11 de la mañana hasta las 3 de la tarde, toda la élite política de centro y derecha, acompañada de muchas personalidades del arte y la cultura, como Gerard Depardieu y Jean d’Ormesson, comenzó por presentarse unida ante el candidato presidente, que culminó el gran mitin con una intervención de poco menos de una hora, presentando todos los problemas de Francia y Europa íntimamente unidos. «Sin las intervenciones de Francia», el euro quizá no habría sobrevivido comenzó afirmando François Fillon, primer ministro, para dar la palabra a un Sarkozy muy combativo, que decidió relanzar su campaña desde dos frentes, íntimamente unidos: inmigración y Europa.
Inmigración, problema francés, problema europeo, que Sarkozy resumió de este modo: «Se trata de un problema de gravedad creciente. Ningún Estado puede resolverlo solo. Europa debe actuar de manera más enérgica. Los acuerdos de Schengen deben ser revisados. La gestión de los flujos migratorios no puede quedar en manos de tecnócratas. Es necesario sancionar a los Estados que no cumplan la disciplina común de vigilar fronteras. Si Europa no actúa en ese terreno, Francia suspenderá su participación en los acuerdos de Schengen, hasta que se negocie un nuevo tratado». A juicio de Sarkozy, es imprescindible que la UE matice, renegocie o reforme el Tratado de Schengen, que regula la libre circulación de las personas dentro de la Unión. Desde hace algún tiempo, varias fronteras europeas (Grecia..) sirven de «coladero» por donde entran en Europa un número creciente de inmigrantes.
A partir de ahí, ante las decenas de millares de simpatizantes que entrecortaban su discurso, leído, repitiendo una y otra vez «¡Sarkozy presidente, Sarkozy presidente!», el presidente candidato desmenuzó uno tras otro todos los problemas nacionales y europeos más candentes, sentenciando: “Si Francia no hubiese luchando con firmeza, junto a Alemania, Europa estaría hoy deshilachada». A partir de ahí, Sarkozy pide algo muy parecido a una «preferencia europea» en materia comercial, muy semejante a la «Buy American Act», apoyando fiscalmente a las empresas que decidan producir en Europa, sin deslocalizar su producción.
Tras el elogio de la cooperación europea, Sarkozy volvió al «ataque» en el terreno nacional, presentándose como candidato reformista que recurrirá al referéndum nacional, en el futuro, cuando los sindicatos u «otros cuerpos intermedios» obstaculicen reformas. Se trata de un punto estratégico, capital, del «nuevo» Sarkozy, denunciando la «resistencia inmovilista de los sindicatos»
(Puede haber caducado)