El cabo de la Guardia Civil Javier Ferrón vió ayer por primera vez a Pilar, la hija de la inmigrante a la que rescató el pasado 10 de noviembre tras caer al agua de la lancha en la que viajaba y con la que intentaba acceder a territorio español. El agente asegura que nunca olvidará este momento porque supone el reconocimiento al trabajo bien hecho.

Además de rescatar a Lydie, que estaba en avanzado estado de gestación, el cabo Ferrón salvó la vida también de su hijo de seis años, que cayó al agua cuando se encontraban a unos metros del muelle del puerto de Melilla. El guardia civil recuerda que cuando vio que alguien caía al agua no se lo pensó y se tiró para rescatarla siguiendo el rastro de las burbujas.

Después de recogerla, Ferrón le practicó primeros auxilios hasta que una ambulancia la trasladó al Hospital Comarcal. El cabo, miembro de los GEAS, conoció ayer a la recién nacida, que se llama Pilar en homenaje a la Patrona de la Guardia Civil. Para este agente, que nunca olvidará este momento, es un honor que lleve este nombre.

Sin embargo, Lydie, inmigrante de Costa de Marfil, sólo recuerda que cayó al agua y que al salir vió a un agente de la Guardia Civil. Después perdió el conocimiento y se despertó en el hospital. Lydie volvió a agradecer el gesto de este profesional, que le ha permitido ver a su hija y seguir viviendo junto a su familia.

Al acto de encuentro, que tuvo lugar en la sede del Instituto Armado, acudió el general jefe de la IV zona de la Guardia Civil. Laurentino Ceña resaltó que este tipo de actos hacen que los ciudadanos se sientan orgullosos de este cuerpo.

Por su parte, el delegado del Gobierno felicitó al cabo Ferrón por su extraordinaria actuación y agradeció a Lydie que haya elegido el nombre de Pilar para ponérselo a su hija. Sin embargo, Abdelmalik El Barkani recuerda que no hay mil cabos Ferrón para contrarrestar las desgracias derivadas de la inmigración ilegal.

Según El Barkani, Melilla soporta una presión migratoria extrema.