Marruecos y España han acordado crear dos comisarías conjuntas en Tánger y Algeciras. Lo anunciaron ayer en Rabat los ministros del Interior de ambos países. Ésta es la cuarta ocasión, al menos, en la que se anuncia dicho proyecto desde que lo hiciera por primera vez en 2008 el entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

A pesar de que ahora ya hay fecha para su materialización, en mayo, no se conoce todavía ni el presupuesto que se les destinará ni la dotación de medios técnicos y humanos.

«Todavía no se han concretado los detalles», dijo ayer el ministro del Interior marroquí, Mohand Laenser, en rueda de prensa tras encontrarse en Rabat con su homólogo español, Jorge Fernández, quien viajó acompañado de los directores generales de la Policía y la Guardia Civil.

Según Fernández, se han creado grupos de trabajo técnicos para que «esa decisión política que hemos convenido hoy [por ayer] se haga realidad».

España sólo dispone de comisarías conjuntas con Francia y Portugal. Y que se vayan a abrir con Marruecos es una prueba, según el titular del Interior español, de que «las relaciones entre nuestros cuerpos de seguridad son cada vez más estrechas».

Sin embargo, en julio de 2008 Rubalcaba ya anunciaba esa medida en Rabat junto al entonces titular del Interior marroquí, Chakib Benmoussa. Y cuatro meses después insistía en la misma idea el entonces secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho.

Dos años después seguían sin materializarse y, en agosto de 2010, Rubalcaba acordaba de nuevo la creación de las comisarías con otro ministro del Interior en la cartera marroquí, Taieb Cherkaoui, para cooperar en materia de terrorismo, inmigración y crimen organizado.

En materia de inmigración, el popular Fernández felicitó a Marruecos por el control de sus fronteras. Y se mostró escéptico ante las críticas de asociaciones de derechos humanos locales a las autoridades marroquíes, por practicar presuntamente expulsiones ilegales de inmigrantes subsaharianos en la frontera con Argelia en los últimos meses, abandonándolos a su suerte.

Fernández, además, saludó positivamente las reformas políticas en Marruecos, a pesar de que en las últimas semanas dos jóvenes han terminado en prisión por calumniar al monarca Mohamed VI, o de que se hayan censurado una treintena de publicaciones extranjeras.