«Los Hermanos Latinos» estaban liderados por un atracador de joyerías de 21 años
Detenidos 11 jóvenes por atracar a 50 prostitutas de 9 casas de citas en mes y medio. El cabecilla de esta banda latina muy violenta era «Tony Tokas», que quedó libre hace meses tras liderar otro clan al no ser reconocido por sus víctimas
ABC, , 29-02-2012El Grupo II de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de Madrid (Udyco) ha detenido a los once integrantes de la banda «Los Hermanos Latinos», a los que se imputan nueve asaltos violentos a casas de citas de la capital. Se investiga si llegaron a violar a alguna de las 50 prostitutas a las que asaltaron.
El grupo, en el que dos menores de edad tenían una parte muy activa, se dividía en dos «baterías» o cédulas. Su líder, un dominicano de 21 años, se hace llamar «Tony Tokas» y había sido arrestado por liderar una banda de atracadores de joyerías, aunque sólo se le imputó entonces el delito de receptación, pues no fue identificado en los reconocimientos fotográficos. Su padrastro, conocido como «Viejo», de 52 años, hacía las veces de chófer en el entramado criminal.
Los delincuentes captaban a través de anuncios los pisos que decidían asaltar. Uno de ellos se presentaba allí, se hacía pasar por cliente y, una vez dentro, ponía una excusa (no llevar dinero suficiente, por ejemplo), para marcharse. Lo que hacía en realidad era obtener información de la vivienda y cuánta gente se encontraba dentro. Luego, el grueso de la banda entraba por la fuerza y cometía el asalto, utilizando una violencia extrema.
Es lo que ocurrió en el primero de los casos conocidos, la Noche de Reyes, en una casa de citas de la calle de Sámbara (Ciudad Lineal). Fue el arranque de la operación «Fernanda», bautizada así por ser el nombre de una de las víctimas. Esta chica y una compañera, Adriana, también brasileña, fueron sorprendidas por los «Hermanos Latinos». Irrumpieron en su piso con dos pistolas y amenazándolas: «¡Sentaos en la cama y no nos miréis!», las amenazaron.
Pero Fernanda, que además estaba embarazada, se zafó y consiguió salir a pedir ayuda en un bar cercano. Denunció en la comisaría del distrito.
Luego, se sucedieron más casos, en las semanas siguientes, hasta un total de nueve, en viviendas donde se ejercía la prostitución, de las calles del Conde de Peñalver, Clara del Rey, Alfonso XIII, Puerto de Porzuna, Almanzora y Cardenal Cisneros.
La Policía Nacional consiguió identificar a uno de los menores (apodados «Rabia» y «El Negro»), que eran quienes empuñaban las armas de fuego, a sabiendas, por parte del clan, de que la ley es más lasa con ellos.
Hasta que a las cuatro de la madrugada del pasado día 19, los agentes siguieron a buena parte del clan. Siete de ellos salieron de uno de los domicilios de los sospechosos, cuatro en un coche y tres en un taxi. Se dirigieron hacia una casa de citas de la calle de Baltasar (Hortaleza), realquilada por unos taxistas que habían montado ese negocio. Cinco entraron, y el resto se quedó fuera. Fueron detenidos «in fraganti». Posteriormente, fue cayendo el resto de la banda.
El clan se organizaba en dos «baterías», formada por dominicanos y algunos colombianos y venezolanos. En el escalafón, por debajo de Hipólito Antonio Balbuena Gómez, «Tony Tokas», estaban Rafael Beltre Suazo, «Pity», y John Alejandro Gutiérrez Márquez, «Sisa», de 21 y 20 años, respectivamente. El clan lo completaban Ángel Luis García Bedía, «Viejo»; Luis Roner Ramírez Mejía, de 22 años; Jefferson José Moreira Tapia, «Pechi», de 19; Cristian Javier Ozuna Pérez, de 20; Yeris Pérez Ruiz, de 19; Ronald Rafael Colmenares Vera, «Ronald», de de 28, y los menores apodados «Rabia» y «El Negro». Éste último se encontraba domiciliado en un piso tutelado para jóvenes delincuentes.
Trabajaban de manera muy agresiva, amordazando y atando de pies y manos con los cables de la luz y del teléfono a sus víctimas, que casi todas eran suramericanas, aunque también las había del Este de Europa.
Residían en los barrios de Prosperidad (Chamartín) y Chamberí. Allí realizaban sus reuniones, donde planificaban los asaltos. Aunque la mayoría están nacionalizados españoles o incluso han nacido en nuestro país, al ser de la segunda generación de inmigrantes , presentaban un gran rechazo a todo lo español. A otros chavales latinos de Prosperidad les decían que, si tenían algún problema con un español, se lo dijesen a sus «hermanos latinos», y así nació el nombre de la banda.
En los asaltos no dudaban en quedarse incluso una hora dentro del domicilio, golpeando a sus víctimas e incluso violando a alguna, según se está investigando. En una ocasión, llegaron a disparar un arma, aunque estaba manipulada para un tipo de munición distinta a la de los proyectiles normales, «pero con la misma lesividad que una pistola real», reseñó uno de los investigadores del Grupo II de la Udyco madrileña.
En los registros practicados, la Policía se ha incautado de una pistola marca Blow del calibre 9 milímetros, casi todas las joyas robadas, seis ordenadores portátiles sustraídos a sus víctimas, unos 2.000 euros en efectivo y el Ford Scort que utilizaban para huir tras los golpes y donde se hallaron varios pasquines callejeros con anuncios de prostitución. Asimismo, estos individuos se dedicaban a trapichear con drogas. La Policía considera que la banda está totalmente disuelta. Sus integrantes están en prisión, excepto los menores de edad, que han ingresado en un correccional en régimen cerrado.
(Puede haber caducado)