Busco obrero español para trabajo en Perú
La Vanguardia, , 27-02-2012e busca personal para la construcción. El puesto laboral con contrato indefinido es en la ciudad de Lima-perú. Los postulantes deben ser hombres de nacionalidad española…”, se podía leer hasta no hace mucho entre los centenares de anuncios que cuelgan en la web Loquo.com. ¿Españoles? ¿Para trabajar en Perú? ¿Acaso no eran ellos, los peruanos, los que venían a trabajar a España? Desde luego, no es una de esas ofertas con la que uno suele tropezarse cada día. Y menos aún que, puestos a probar suerte (y fueron muchos), quien responda al otro lado del teléfono no sea el empleado desabrido de una agencia de colocación, sino una artista perspicaz y comprometida que le asegura: “No tema, el puesto existe y que será suyo si resulta elegido”. Daniela Ortiz (Cuzco, 1985) hizo una primera preselección de once personas, y estos días expone las fotografías de los candidatos y un vídeo con las entrevistas en la galería Àngels Barcelona. “Me interesaba esa idea de una inmigración invertida, mostrar cómo la depresión económica está cambiando los flujos tradicionales de migración. Se da por supuesto que los españoles están dispuestos a emigrar a países como Alemania y Estados Unidos en busca de una mejora económica, pero el desempleo aquí es devastador y resulta que también hay gente dispuesta a ir a vivir a Perú, donde actualmente hay una gran necesidad de mano de obra”, dice.
Daniela Ortiz llegó a Barcelona en 2007, aunque a diferencia de la mayoría de sus compatriotas, no entró por la puerta trasera de la inmigración, sino como estudiante de Bellas Artes. “No me habían aceptado en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Perú, y después de un año pagando una fortuna en una escuela privada – que además era un desastre– convencí a mi padre de que por el mismo dinero podía estudiar en España”. Se equivocó mucho en el cálculo. Tuvo que trabajar de mujer de la limpieza en unos apartamentos para turistas, de camarera, de dependienta en una tienda de chocolates… “Estás currando y no tienes la cabeza para ir a ver una exposición o asistir a una conferencia que te interesa mucho. Es muy frustrante. Lo que me salvó fue poder entender mi trabajo como artista dentro de ser una mujer de la limpieza”. De la experiencia de conflicto laboral y artístico saldría, por ejemplo, su proyecto 97 Empleadas domésticas, un libro y una instalación que muestra una serie de fotografías extraídas de Facebook en las que se ve a familias de la clase alta peruana en situaciones cotidianas. Al fondo de las imágenes aparece, en la parte posterior o cortada por el autor, una empleada doméstica…
El trabajo provocó una fuerte polémica en Perú –llegó incluso a recibir amenazas–, pero nada comparable a su experiencia en la boutique de chocolates, de donde fue despedida de forma fulminante en el 2010 tras exponer en Madrid P1-P2, pieza que reproduce un plano arquitectónico exacto de la tienda, indicando detalles como la situación de las cajas registradoras y las cajas de seguridad, el panel de alarma, las neveras donde se conservaban los alimentos y dónde se guardaban, bajo llave, las láminas de oro… “Quería poner en la balanza el poder del empleador y el del empleado. Él puede hacer contigo lo que quiera, pero lo cierto es que tú sabes mucho más que él… La esclavitud no finalizó hasta que aquellos negros se dieron cuenta de que eran mucho más fuertes que sus amos. Yo les decía a mis jefes: ‘ Tenéis suerte de que sea artista y no ladrona’. Ahora me río, pero fue un momento muy intenso y duro, al fin y al cabo me quedaba en la calle y con apenas 300 euros en el bolsillo”.
Desde hace un año vive gracias a su trabajo de artista, y su irrupción en los escenarios catalanes está haciendo mucho ruido. Sólo en los últimos meses ha presentado sendas instalaciones en la Fundació Suñol ( Black Round Table, en la que a partir del trabajo de Gassama, artista senegalés afincado en Barcelona, contrapone los iconos de la arquitectura del siglo XX con imágenes de barracas) y, más recientemente en el Espai 13 de la Miró, Recursos humanos, germen de esta Inversión que ahora expone en Àngels Barcelona. Daniela Ortiz aún no ha seleccionado cuál de los once candidatos viajará a Perú (el contrato lo está gestionando a través de una galería de Lima), “pero en todo caso será el que en mi opinión tenga más posibilidades de salir adelante, de adaptarse a otro país. Emigrar siempre es duro”. En la exposición, Daniela Ortiz muestra también fragmentos de las leyes de extranjería de diversos países latinoamericanos: excepto la argentina, casi todas tienen una cuota de trabajadores extranjeros (el 20% en el caso de Perú, por ejemplo): “Quería desmitificar Latinoamérica como la tierra prometida a la que puede ir quien quiera…”.
La inmigración es también uno de los temas que aborda a menudo a través del portal de internet que comparte junto a Xose Quiroga y volverá a serlo en la instalación que prepara para la Fundación Cisneros de Miami: “Una serie de placas de agradecimiento de la sociedad americana a las empresas que se lucran con la inmigración ilegal”.
Me interesa muchísimo la teoría crítica, pero antes de entrar en ese espacio, el escuchar las letras de Evaristo Paramós, ex vocalista de La Polla Records, The Meas, The Kagas y actualmente de Gatillazo, me enciende el cerebro. Evaristo lleva más de veinte años comunicando con enorme sensatez y un impecable sarcasmo los mecanismos complejos que articulan la sociedad. Mientras muchos estaban bailando La Bamba con el crecimiento económico en el 92, La Polla lanzó el disco Negro con canciones como Europa.
¡Para sacarse el sombrero!”.
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