Barrios enteros condenados al ‘apartheid’ inmobiliario
La banca acumula miles de viviendas invendibles en zonas deprimidas
La Vanguardia, , 23-02-2012C A E N N U E S T R A S ‘ S U B P R I M E ’ La mayoría de las hipotecas ejecutadas se dieron a personas con bajos recursos Z O N A S D E G R A D A D A S La falta de demanda impide vender pisos aunque los precios han caído un 45%
La propuesta del ministro de Economía, Luis de Guindos, puede lograr que la banca “haga de la necesidad virtud” y dé una salida a miles de viviendas imposibles de vender que entran en sus balances, procedentes de las ventas que se realizaron en el momento álgido del boom inmobiliario a inmigrantes y otros colectivos de bajos recursos y que, con la crisis, han entrado en mora de forma masiva.
“Cuando nos entra un piso en el Eixample de Barcelona, no hay problema: muchas veces no llegamos ni a ponerlo en la web porque lo vendemos entre nuestros propios clientes de banca privada”, reconocen fuentes de una inmobiliaria bancaria. “El problema es que la mayoría de nuestros adjudicados están en los barrios malos, los más degradados y con grandes concentraciones de inmigrantes: ninguna persona que ahora pueda plantearse comprar un piso se va a acercar ni a verlos”, reconocen las mismas fuentes.
Las ejecuciones hipotecarias aportan sólo una pequeña parte de los 100.000 millones de euros en activos inmobiliarios que constan en los balances de las entidades financieras, pero estos procesos son los que tienen mayor impacto social. Según las estimaciones de los expertos basadas en los datos del Consejo General del Poder Judicial, desde el inicio de la crisis la banca española ha ejecutado unas 350.000 viviendas por impago hipotecario. El resto de las cerca de 700.000 viviendas que, según la patronal de los promotores, Asprima, son propiedad de la banca procede de créditos fallidos a inmobiliarias.
Fuentes judiciales explican que la mayoría de las hipotecas que acaban en los juzgados podría considerarse subprime: se concedieron entre el 2004 y el 2007, a personas con ingresos inferiores a dos veces el salario mínimo interprofesional (1.280 euros mensuales) y tienen la mayor parte de la deuda pendiente. Esos pisos se ubican además en los barrios más desfavorecidos, que tenían precios más bajos y en los que se concentraron las compras de estos colectivos.
Así, en el 2005 y el 2006 más del 50% de las ventas de viviendas se realizaron a inmigrantes en algunas zonas de Ciutat Vella, Nou Barris o Sant Andreu, en Barcelona, y fuera de ella en Collblanc y Torrassa en l’hospitalet de Llobregat, Badalona o Santa Coloma. La red inmobiliaria Tecnocasa, por ejemplo, vendía el 20% de sus pisos a inmigrantes latinoamericanos en el 2006, y en Expofinques alcanzaron el 25,09% a principios del 2007. Una entidad como Caja Madrid explicaba en el 2005 que en su comunidad de origen concedía el 18% de sus nuevas hipotecas a clientes extranjeros, porcentaje que era mayor en otras cajas. Ahora estos colectivos son los más afectados por el paro y la precariedad laboral: la banca no les da créditos para poder comprar y, en las zonas donde su presencia era importante, los compradores que la banca hoy considera solventes no quieren comprar.
Este fenómeno ha acelerado la degradación de algunas zonas urbanas, que se llenan de pisos vacíos, que a veces incluso se ocupan, y ha hundido más los precios: en La Trinitat-torre Baró-vallbona el precio medio de venta de una vivienda era en diciembre un 45% inferior al del 2007, mientras que en el Eixample ha caído en el periodo sólo un 29%. “Tardaremos muchos años en poder vender esas viviendas”, lamenta un ejecutivo bancario.
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