La Fundación Benín, con sede en Valencia, celebró ayer en los Cines Babel una proyección benéfica de ‘La puerta de no retorno’, de Santiago Zannou. Mercedes González, al frente de la Fundación, presentó una película en que Zannou se encuentra con sus raíces paternas a través de un viaje a África contado casi en primera persona, desde el corazón, pues el protagonista de la historia es su propio padre, de vuelta a Benín 40 años después de iniciar una heróica pero cotidiana aventura.

- ¿Que tiene en común un fon de Benín y una jota aragonesa?

- Que son folklore, raíces, historia, y yo soy el resultado de esa relación. Mi padre es de Benín y mi madre de Aragón.

- ¿Cuál fue su sensación al llegar a Benín?

- Pues que era una parte de mí, una experiencia que no pueden vivir la mayoría de hijos de inmigrantes, como soy yo, y que desconocen sus raíces y a gran parte de su familia, y eso te debilita mucho.

- ¿Cuál es la lección que recibe de su estancia en Benín?

- Hay algunas de sus costumbres que deberíamos adoptar. Cuando nos ven quejarnos por nuestra crisis nos miran como si fuéramos marcianos. Benín tiene casi todos los problemas que también tiene África, que ha sido un continente mirado como un terreno para expoliar. Sin embargo, Benín también tiene un poder de atracción para que las personas hagan cosas por ella, y eso quiere decir que es una tierra con energía.

- La inmigración, aquí tan mal mirada durante años, ahora nos afecta directamente a los españoles.

- Espero que esta crisis nos enseñe que el mundo se mueve. Algo que se dice en África es que uno recibe lo que da, y espero que para el futuro entendamos la necesidad de ser generosos, y esta película pretende contar esa historia de generosidad y heroísmo, la de mi padre, y de cómo vuelve a su tierra y se reencuentra con su gente.

- ¿Qué le parece la iniciativa de la Fundación Benín?

- Es algo magnífico. Cuando se proponen cosas como estas hay que participar, y agradezco que la Fundación se interese por mi película. Las películas, las mías al menos, ayudan a comprometerse y acercarse a mundos que ignoramos. Lo primero que hay que hacer para ayudar a los países es conocerlos. Mi película permite saber qué es Benin, y eso ayuda a comprometerse con el país y con sus ciudadanos.