Bilbao. Para algunos mucho y para otros no tanto. 863 euros. Ese es el dato objetivo del sueldo medio de las personas inmigrantes residentes en la Comunidad Autónoma Vasca recogido en el tercer Plan de Inmigración, Ciudadanía y Convivencia Intercultural presentado ayer por el Gabinete de López y en el que se apuesta por formular desde la Administración y desde la propia población políticas activas de integración hacia las personas llegadas de otras latitudes; un fenómeno que pese a la percepción generalizada ha experimentado un severo freno en los últimos años debido a la mala racha que atraviesan los mercados laborales.

En esta radiografía del colectivo inmigrante se muestran otros rasgos definitorios entre los que destaca que una de cada cuatro cuenta con estudios superiores, un porcentaje que ha experimentado un notable ascenso desde 2007. En concreto, según el informe, ha pasado de representar en ese año el 15% de la población inmigrante al 23% en el año 2010. Y es que la inmensa mayoría de ciudadanos que han optado por fijar en Euskadi su lugar de residencia se encuentra en edad productiva.

De hecho, la mayoría de ellos tenía trabajo en su país de origen y la decisión de abandonar su tierra obedece al sueño americano: poder mejorar sus condiciones de vida. Y, a tenor de las conclusiones recogidas en este III Plan de Inmigración, Ciudadanía y Convivencia Intercultural, casi la totalidad de los ciudadanos inmigrantes lo ha conseguido. No en vano, del total de los encuestados, ocho de cada diez (83%) realiza una valoración positiva tanto de su puesto de trabajo como de su funciones.

Siete de cada diez inmigrantes (72,6%) están empleados en el sector servicios. Eso sí, seis de cada diez confiesan “tener algún tipo de dificultad para hacer frente a las necesidades económicas”. En una prospección a cinco años realizada en este Plan de Inmigración, nueve de cada diez muestran su voluntad de mantener su residencia en Euskadi “El porcentaje es del 75,9% en una perspectiva de proyecto de vida”, concluye el documento presentado ahora, pese a que debería haber entrado en vigor el año pasado.

El plan prevé también la creación, dentro del Servicio Vasco de Empleo – Lanbide, de una unidad de gestión específica que procure una orientación, intermediación y fomento del empleo a este colectivo. Contempla la posibilidad de que los ciudadanos extranjeros perceptores de la Renta de Garantía de Ingresos (17.261) accedan a procesos de activación con independencia de su situación legal.

Asimismo, dentro de este Plan de Inmigración, desde el Gobierno vasco han previsto la elaboración de un protocolo para prestar asistencia y acompañamiento a las personas que sufren discriminación o rechazo xenófobo. El director de Inmigración, Miguel Ángel González, subrayó el hecho de que dos de cada diez extranjeros que viven en Euskadi declaran haber sufrido situaciones de racismo “y el 28 por ciento de discriminación o rechazo”. En este sentido, explicó que están elaborando un protocolo para acompañar “de manera más adecuada” a las víctimas de estas discriminaciones en colaboración con entidades sociales. Estos datos, sin embargo, contrastan con que el 92% de los ciudadanos extranjeros considera que no tiene problemas para integrarse en la sociedad vasca y el 87% tiene una valoración positiva de la población autóctona.

Críticas al retraso Por otro lado, todos los grupos políticos, salvo el PSE – EE, coincidieron en detectar “carencias” en el plan pero en general todos compartieron la filosofía del documento. El parlamentario de Ezker Anitza, Mikel Arana, criticó el retraso con el que se presenta y lamentó que un plan “tan necesario” vaya a tener tan escasa vigencia “el breve tiempo que estará entre nosotros, ha nacido tarde y sin tiempo para llevarlo a la práctica”.