Un prodigio de 14 años
La neozelandesa Lydia Ko bate todos los registros de precocidad deportiva al ganar un torneo profesional de golf
ABC, , 01-02-2012El golf moderno está abocado a renovarse constantemente. La proliferación de competiciones y la profesionalización a la que se ha llegado hacen que los jóvenes estén cada vez más preparados para vivir de sus condiciones.
Los sistemas de entrenamiento actuales, con una cuidada alimentación y unos controles exhaustivos de sus potenciales físicos y mentales, provocan que no dejen de aparecer chavales batiendo poco a poco registros de precocidad. Hace poco más de cuatro meses Alexis Thompson sorprendió en el Circuito Americano al imponerse en el Navistar con 16 años, la misma edad que tenía la surcoreana Amy Yang cuando se impuso en el ANZ Masters del Europeo en 2006. Por lo que respecta a los chicos, trece meses atrás un Matteo Manassero de 17 años se convirtió en el más joven en ganar en el Circuito Europeo, mientras que tres temporadas antes Ryo Ishikawa había hecho lo propio en el Japonés con 15 primaveras.
Pero lo que no tiene parangón es lo logrado por Lydia Ko en el Tour Australiano el pasado fin de semana. Esta inmigrante norcoreana, que llegó a Nueva Zelanda hace nueve años y adquirió su nacionalidad, ganó el Abierto de Nueva Gales del Sur con sólo 14. Pero la victoria tiene más mérito si se observa que le sacó catorce golpes a Laura Davis, la mejor jugadora europea de la historia, con más de ochenta triunfos por todo el planeta.
La hazaña de Ko no fue por casualidad. Actualmente es la mejor amateur del mundo y el año pasado ya había avisado en este mismo escenario, cuando quedó subcampeona por un solo golpe. Pero de quedarse a las puertas de la gloria a hacer historia, hay un mundo. «No me lo puedo creer, es como si estuviera viviendo un sueño. Tengo la sensación de haber chascado los dedos y que sucediera un milagro», declaró.
No debe quitarse méritos la señorita, ya que realizó un juego de tiralíneas en el que apenas cometió errores. Por eso incluso pareció que ganaba con comodidad. «La clave estuvo en los “drivers” y los hierros desde la calle, ya que me dejaba las bolas cerca y así es fácil patear bien», siguió relatando con modestia. De ahí que se haya ganado la invitación para el Masters Australiano que comienza mañana. «A pesar de este logro voy a seguir jugando todos los torneos de aficionadas que pueda. Tenía previsto competir treinta semanas este año y en principio quiero aferrarme a ese calendario».
A la vista de estos nombres se plantea la duda de hasta qué punto habrían triunfado en otras épocas sin tantas ayudas técnicas. En vista únicamente del talento, parece probable que tanto Manassero como Thompson lo habrían hecho. Salta a la vista que han nacido especialmente dotados para este deporte y su carrera se augura muy provechosa. Ishikawa no tiene menos condiciones (ahora, con 21, acumula nueve galardones en Japón), pero le falta dar el golpe fuera de casa.
Lee y Ko, por su lado, proceden de la fábrica surcoreana, que saca jugadores como churros. Están menos dotados de genio pero tienen una capacidad de trabajo que suple todas sus carencias. Es la otra vía para el éxito.
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