"Las carreras salen más caras en un ilegal que con nuestro servicio"

La mayoría de los conductores ilegales son inmigrantes en gran medida de origen sudamericano

Deia, S. P. R., 29-01-2012

Bilbao. En las grandes capitales, como Madrid o Barcelona, el fenómeno de los taxis piratas está totalmente asentado. También en otros lugares del Estado como Ibiza, Murcia o Palma de Mallorca donde se han llegado a organizar campañas para dar caza a estos taxistas que circulan fuera de la legalidad sobre todo en las zonas del aeropuerto. No en vano, resulta tremendamente difícil desenmascarar a estos impostores ya que carecen de cualquier identificación.

Una gran parte de los conductores de estos vehículos intrusos son inmigrantes , “en su mayoría sudamericanos que tienen su trabajo entre semana y el fin de semana cogen el coche para hacer unas cuantas carreras y sacar un dinero extra”, explica Varela. Unas carreras que, sin duda, salen rentables para estos piratas, ya que según afirman desde las asociaciones de taxistas “las carreras salen considerablemente más caras en un ilegal que con nosotros”. A modo de ejemplo, Varela desvela que “un trayecto entre Santutxu y Basauri ronda los 12 euros en un taxi con licencia mientras que los ilegales cobran 20 euros”. No solo eso, estos conductores no cobran una tarifa por carrera sino por persona, lo que significa que si el coste que negocian por un traslado es de 10 euros y montan cuatro clientes en el taxis supone una carrera de 40 euros, diez euros por persona. “Nosotros solo cobramos por la carrera independientemente de los pasajeros que llevemos”, recuerda el vicepresidente de Radio Taxi Bilbao.

El veterano taxista recrimina que “parte de la culpa es de los clientes que aceptan montarse en estos vehículos”. Estos servicios públicos ilegales operan principalmente de noche, los fines de semana y en zonas de ocio nocturno, discotecas y clubs de alterne. “Sabemos quiénes son y dónde trabajan pero no podemos hacer nada para remediarlo”, reconoce Nacho Pablo, presidente de Radio Taxi Nervión.

Una situación que sume en la impotencia a los conductores legales que muchas veces denuncian la presencia de estos impostores a las autoridades y cuando los agentes les preguntan hacen pasar a los clientes por amigos o familiares.

“A veces, optamos por sacarles fotografías para acudir a las comisarías a interponer la correspondiente denuncia”, indica Palomo. “En mucha ocasiones, ni siquiera lo denunciamos porque no sirve para nada. Es muy difícil cazarles cuando están cobrando la carrera y, aun consiguiéndolo, pueden alegar que están saldando una deuda particular, afirmar que son amigos o familiares”, interpreta Ricardo Martínez, vicepresidente de la Asociación de Taxistas de Getxo.

El intrusismo laboral no se limita al ámbito del taxi. El gremio de los transportistas también se ven afectados por la competencia desleal de conductores ilegales que a las puertas de almacenes dedicados a la venta de muebles se ofrecen para el porte y, por un ‘módico precio’, suman al transporte también el montaje de los muebles.

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