A. Dasí. El Centro de Acogida de Inmigrantes de Puçol se ha convertido en algo más que una ayuda para los extranjeros que llegan en busca de trabajo desde que abrió sus puertas a mediados de los años 90. A pesar de que la inmigración está disminuyendo, 78 residentes han utilizado el servicio de alojamiento y manutención desde principios de noviembre, «más del doble de plazas con las que contamos, 38», según explica su director Juan Miguel Gómez.

Los usuarios, de diferentes nacionalidades, llegan al centro en busca de estos servicios básicos aunque la estancia está condicionada por la obtención de un empleo, para lo que cuentan con un plazo de 15 días en los que puede intentar incorporarse como recolectores en la temporada de la naranja. Pero los servicios del centro van más allá y además, les ofrecen asesoramiento de todo tipo y un paso más para la integración social.

Actualmente, el 58% de los residentes están trabajando, mientras que el resto está en búsqueda de empleo o tramitando documentación que les permita trabajar legalmente en España.