RAQUEL VILLAÉCIJA PARÍS ESPECIAL PARA EL MUNDO

Las díscolas de Sarkozy

Reinas de la diversidad al inicio de la legislatura, Rama Yade y Rachida Dati, cada vez más impopulares, son hoy una piedra en el zapato del presidente francés

El Mundo, , 29-12-2011

Eran las niñas bonitas del Gobierno de la diversidad recién formado, el ejemplo irrefutable de que Francia integra a la inmigración. Pero en política una línea fina separa el entendimiento del diálogo de sordos y ahora les toca morder el polvo. Rachida Dati y Rama Yade han pasado de ser estrellas a apartadas, de queridas a impopulares. Reinas de su equipo multicultural cuando llegó a la Presidencia en 2007, hoy son una molesta piedra en el zapato de Nicolas Sarkozy.

Hace meses que sus ambiciones incomodan al Elíseo. La decisión de ambas de presentarse a las elecciones legislativas que se celebrarán en junio, dos meses después de las presidenciales, no ha hecho gracia al presidente, pues desde hace semanas las díscolas no paran de hacer ruido y de denunciar ataques.

Cada una en su trinchera Rachida Dati, ministra de Justicia entre 2007 y 2009 y hoy eurodiputada, le ha declarado la guerra al mismísimo primer ministro, François Fillon. Con él se disputa la segunda circunscripción de París en los comicios legislativos. Si la decisión de pelear por el escaño no ha gustado dentro del partido presidencial, la UMP, menos aún ha calado la virulencia de los ataques contra su contrincante.

Dati, que asegura que Sarkozy le prometió «hacerla diputada», ha elevado el tono contra Fillon: «Dijo que quería una circunscripción de derechas… Qué decisión tan fácil. Es un desprecio a la democracia y a los electores», ha asegurado la política. De padre argelino y madre marroquí, Dati ha denunciado la xenofobia de la ministra de Aprendizaje, Nadine Morano, que la sugería que optara mejor al escaño de su localidad, Chalon-sur Saône. «Es una manera de decirme que me vaya a mi casa», ha protestado Dati. Molesto por la impertinencia de la eurodiputada, Sarkozy se quejó esta semana abiertamente ante una decena de diputados de su partido: «Vamos a tener que arreglar el problema de la loca de Dati», señaló ante el grupo de parlamentarios, según ha relatado uno de ellos al diario Libération.

Sus problemas no acaban con la ex ministra de Justicia. La otra rebelde, Rama Yade, también está decidida a quitarle horas de sueño. Tras apartarla de su equipo en 2010, la ex secretaria de Estado de Deportes fue nombrada embajadora de Francia en la UNESCO y poco después abandonó la UMP para unirse al Partido Radical de Jean Louis Borloo. Tras ser apartada de su cargo, la senegalesa no se ha mordido la lengua y ha criticado al presidente. Ahora, igual que Dati, quiere convertirse en diputada. «Tengo la impresión de ser una superviviente», ha asegurado Yade, cuya candidatura ha sido denunciada por el Partido Socialista por irregularidades. El partido pide su expulsión de las listas electorales al considerar que no cumple los requisitos para ser elegida, en concreto, el de justificar una residencia fija en la ciudad por la que se presenta.

Mientras Yade denuncia un complot contra su persona «me siento víctima de un acoso al más puro estilo norcoreano», ha dicho, la Justicia francesa ha abierto una investigación con el objetivo de verificar si ésta cumple las exigencias para presentarse a las legislativas. «Algunos tienen miedo porque entorpezco su cuota de poder local, pero no me dejaré derrotar», ha asegurado la política.

Antes mediáticas, Dati y Yade son también cada vez menos populares entre el electorado. Según una encuesta realizada este mes por TNS Sofres, sólo un 31% de los franceses respaldaba el trabajo de Yade en 2007 era la más popular de Francia, mientras que únicamente un 21% apoya a Dati.

Antes compañeras de Gobierno, ahora comparten sus horas bajas. Aunque entre ellas tampoco hay feeling: «Cuando se formó Gobierno me disgustó que me pusieran en el mismo saco que a Dati y Fadela Amara [también secretaria de Estado y de origen argelino], como si estuviéramos en un zoológico», aseguró la indomable Yade.
Análisis de Raquel Villaécija.

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