En una entrevista concedida a la Cadena Cope, al programa ‘El Anzuelo’, el Jefe Superior del Cuerpo Nacional de Policía, José Manuel Callejas, abordó algunas cuestiones de última actualidad. La inmigración centró buena parte de este encuentro además de tratar otros asuntos como las plantillas o la confesionalidad religiosa de los agentes de seguridad.

- ¿Va a repercutir la restricción de empleo público en Melilla a los efectos de sus necesidades?

- No, porque afortunadamente estos años atrás ha habido una oferta pública muy fuerte para los cuerpos de seguridad, lo que ha hecho que las plantillas en toda España y en Melilla estén en un 100 por cien de su catálogo de puestos de trabajo. Por la singularidad de Melilla y su extensión, tenemos una plantilla dinámica, joven y muy competitiva que hace que sea una ciudad segura como lo demuestran las estadísticas de criminalidad que el Ministerio del Interior difunde.

- Con la llegada del invierno parece que las entradas de inmigrantes suele disminuir. Sin embargo, este año, la situación es bien distinta y pese a no hacer buen tiempo, llama la atención que siguen llegando y, sobre todo, por mar.

- Efectivamente, ante la situación en la que viven de constante desasosiego y zozobra intentan como sea llegar aquí porque saben que un porcentaje importante de ellos permanece en la ciudad. Ya sabe usted que el tema de la repatriación es un asunto complejo. Para bien o para mal, tenemos un estado muy garantista y el poder judicial fiscaliza cualquier actuación gubernativa que los cuerpos de seguridad realicen sobre los asuntos de extranjería. Cuando ven que es imposible regularizar su situación aquí, solicitan asilo sin haber causa. De esta forma, retrasan su salida del país. A lo mejor se necesita, como dijo el presidente francés, Nicolas Sarcozy, un Plan Marshall para aquellas zonas subsaharianas.

- ¿Se requeriría una mayor colaboración de Marruecos para frenar estas entradas?

- Creo que Marruecos hace todo lo que puede. Ellos tienen los recursos que tienen. En principio, no podemos decir que favorezcan este hecho. Tenemos noticias de que, muy de vez en cuando, hacen recogidas de personas que también están en su país en situación irregular y las trasladan a la frontera. Lo que pasa, es que yo creo que la necesidad y lo que ya han invertido hace que vuelvan a intentarlo. Aquí se han dado casos, de que haya personas que es la tercera vez que se repatrían a su país. Esto da una idea de los problemas de subsistencia en sus países de origen.

- Hace un par de meses, un artículo publicado en EL País, levantaba la polémica. Este escrito venía a decir que algunos miembros de la policía nacional estaban siendo investigados por prácticas radicales de la religión musulmana. ¿Hubo malestar entre los agentes? ¿Había fundamento para abrir estas investigaciones?

- Para nada. En este aspecto, de lo que estoy seguro es de que no ha habido ningún elemento que pudiera ser objeto de interés que diera a entender que una religión extrema pudiera llevar a estos agentes a incumplir sus obligaciones en el Cuerpo Nacional de Policía. El único caso que se dio, fue el de un funcionario en prácticas, que aún no había finalizado este tiempo, y que por su religión se dio cuenta que era contraproducente como miembro de la plantilla. Él mismo solicitó la baja porque quería dedicarse al culto y al adoctrinamiento.