Varias entidades benéficas confirman que se está produciendo este fenómeno

Varias entidades benéficas confirman que se está produciendo este fenómeno

A Mariela, nombre que tapa su verdadera identidad, le gusta vivir en Galicia. Vivió en Madrid once años, pero los problemas personales la obligaron a abandonar la capital. Ya lleva seis aquí. «Estoy mejor, es más barato y todo es asequible», explica desde la zona de Arousa, donde vive. Después de un tiempo en el paro, está trabajando. Pero recibe una ayuda en alimentos de la Fundación Amigos de Galicia porque, aunque tiene salario, no le llega. Tiene una familia numerosa y el único ingreso que entra ahora en casa es el suyo.

El menor coste de la vida y la mayor agilidad a la hora de acceder a determinados tipos de ayudas son algunos ingredientes que, igual que en el caso de Mariela, explican por qué un número importante de personas con pocos recursos atendidas por las entidades benéficas de la comunidad llegan de otras partes de España. «Hai moitos que veñen do sur de españa e de Cataluña. Aquí, elles mellor para solventar o papeleo e tamén é todo barato», explican desde el albergue de San Francisco, en Santiago de Compostela, donde han notado un incremento de usuarios desde finales del año pasado.

Además, añaden, que el hecho de que Compostela sea una urbe de pequeño tamaño les permite acercarse a diferentes puntos de ayuda caminando, algo que no pueden hacer en una capital grande. «Hai moitas partes ás que poden acudir, á cociña económica, Cáritas…, todo está perto», explican esas mismas fuentes.

Esta tendencia la confirman también desde el colectivo Amigos de Galicia, que reparte alimentos por toda la comunidad. Además, dicen que hay algunos que son itinerantes y cambian de lugar regularmente.

En Cáritas Ourense también lo confirman. «Estamos viendo que cada vez viene más gente de Castilla, imaginamos que por el menor coste de la vida en Ourense», comentan. Un ejemplo es el coste de los alquileres. Un estudio realizado por el portal de Fotocasa, con datos de octubre pasado, explica que el coste medio del metro mensual es de cinco euros en esa capital. En Madrid, el metro cuadrado se duplica.

Pero todo es relativo. Y es que también hay entidades que no han notado el mayor movimiento desde otras comunidades. Atienden sobre todo a gallegos.