Cuando era joven, a Makis Voridis, flamante ministro de Transportes griego, le gustaba espantar a los comunistas. Una foto de 1985, descubierta hace unos años por el diario de izquierdas Eleftherotypia,muestra al entonces estudiante de Derecho en la Universidad de Atenas con un hacha en la mano, patrullando el campus con sus colegas de las juventudes de la Unión Política Nacional, fundada desde la cárcel por el ex dictador Papadopulos. Voridis ha asegurado que sus oficinas habían sido atacadas y sólo se estaban defendiendo.

Por primera vez desde la caída de los coroneles en 1974 – ayer se conmemoraba la sublevación estudiantil que marcó el principio del fin-,Grecia tiene a la extrema derecha en el poder: cuatro miembros del partido xenófobo y antisemita LAOS han entrado en el Gobierno de unidad liderado por el banquero Papadimos.

Además de Voridis, admirador de Jean-Marie Le Pen, a quien incluso tuvo en su boda, está Adonis Georgiadis, nuevo secretario de Estado de la Marina mercante. Su primera decisión ha sido reescribir el letrero de su despacho con la grafía que Grecia usaba hasta los ochenta y que fue simplificada para horror de los puristas como Georgiadis. Tiene una editorial famosa por sus títulos sobre el pasado glorioso de Grecia, pero también por un ensayo titulado Judíos: toda la verdad,lleno de alabanzas a Hitler.

“La mayoría de miembros de LAOS tienen un pasado de extrema derecha – dice Stelios Vradelis, periodista del diario Ta Nea y experto en extremismos políticos-.Sin embargo, se trata de un partido profundamente camaleónico, que cambia sus posturas para acercarse al público”. Señala la figura de Giorgos Karatzaferis, ex publicista, culturista, dj y dueño de su propia cadena de televisión, que abandonó Nueva Democracia (conservadores) y fundó su propio partido aglutinando pequeñas formaciones de ultraderecha. “Es muy carismático, con un gran olfato para detectar el sentir popular – afirma Vradelis-.Pese a ser un partido tradicionalmente homófobo, LAOS no vetó el matrimonio gay en el Parlamento, a diferencia de Nueva Democracia. También votó a favor del primer plan de austeridad en mayo del 2010, aunque luego, al cambiar la opinión pública, siempre ha votado en contra. Y es xenófobo y antiislámico, pero no le ha importado tener un candidato musulmán en una región fronteriza con Turquía y de mayoría islámica”. Pero que nadie se lleve a engaño: la “lucha contra la inmigración” sigue siendo la prioridad de LAOS, como recordó Karatzaferis tras la entrada de sus colegas en el Gobierno.

Este don para el populismo, o quizás pragmatismo, ha llevado a LAOS a entrar en el Gobierno de unidad, que los partidos de izquierda rechazaron. ¿Por qué el Pasok se ha avenido a sentarse con los ultra? Vradelis cree que el Pasok, hoy aventajado en 10 puntos por Nueva Democracia en los sondeos, ha visto en ellos una manera de quitar votos a su rival.

El juego puede ser peligroso, aunque en un país que lucha por salvarse de la bancarrota el auge de la extrema derecha no es la primera preocupación. LAOS sigue siendo minoritario: en las elecciones del 2009 apenas superó el 5% de votos y hoy los sondeos le dan un 6,5%. Pero parece innegable que saldrá reforzado. Muchos recuerdan que, hace unas semanas, mientras Pasok y Nueva Democracia discutían encerrados en una sala sobre la formación del gobierno, Karatzaferis se marcó un puntazo. Se plantó ante las cámaras congregadas y lanzó su candidato para ponerse al mando. El nombre que dijo fue Lukas Papadimos.