El edificio que un día albergó los cines Corcorde, después estudios del mismo nombre, encierra hoy una realidad muy distinta. Es la sede del Centro de Formación Profesional Xabec, que nació en 2002 con el objetivo de ofrecer una respuesta formativa a los inmigrantes que buscaban una oportunidad laboral. Hoy incluye otras líneas de formación sin haber perdido el espíritu que alimentó su creación.

«En 2002 con motivo del centenario de San Josemaría Escrivá se planteó promover una labor social», explica Antonio Mir, director de Xabec. No quedaba más que buscar un campo donde trabajar. Era un momento en el que la «mayor preocupación social» la generaba necesidad de ofrecer respuestas a los inmigrantes que se encontraban en la Comunitat.

Esta constatación, tal como explica el director de Xabec, les llevó a ver «claro que nuestra acción social sería prepararles para conseguir un trabajo».

Así se gestó el centro Xabec, donde se introdujeron programas de formación profesional para trabajos de mantenimiento. Desde sus inicios, el proyecto no ha parado de crecer. «En 2005 empezamos la enseñanza reglada», también ofrecen cursos de formación del Servef, pero el trabajo con personas inmigrantes sigue. «Atendemos a unos 700 alumnos anuales» en los distintos grupos y tipos de enseñanza. De ellos «unos 300 son inmigrantes ».

Cooperación internacional

Antonio Mir destaca que la formación profesional que reciben los alumnos llegados de otros países ofrece dos vertientes en la acción social. Por una parte los alumnos obtienen una capacitación para poder trabajar. La otra muestra la cara de la «cooperación internacional, puesto que si en algún momento vuelven a sus países lo harán con una formación». Insiste en que en el centro «sentimos la responsabilidad social que tenemos»

Las aulas de Xabec, para cuya disposición se ha aprovechado la estructura inclinada propia de las salas de cine, albergan talleres equipados con la maquinaria y medios técnicos que requiere la formación que se imparte: electromecánica, programación de automatismos, instalación de sistemas de energía solar, fontanería, oficios de construcción, torneros, instaladores eléctricos, trabajos de mantenimiento de climatización o soldadores, entre muchos otros.

Mir destaca la calidad del equipo de profesores, que además de su capacitación para las clases «todos saben inglés». En el centro tampoco falta la colaboración de un buen grupo de voluntarios, «algunos de ellos profesionales jubilados que ayudan en distintas labores».