Los Mossos d’Esquadra y la Policía han detenido en Barcelona a 46 personas acusadas de formar una red que regularizó de forma fraudulenta desde 2010, al menos, a un millar de chinos, a través de un entramado de 300 empresas que les proporcionaban contratos de trabajo falsos.

La organización, que tenía su centro neurálgico en una gestoría de la Ciudad Condal, y que operaba desde 2001, obtuvo desde 2010 más de seis millones de euros por el cobro de las regularizaciones. El presunto cerebro de la red es el responsable de la oficina, Florencio A.H., junto con el chino Lungfent Q., residente en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), quien ejercía de nexo de unión con sus compatriotas.

En un segundo nivel figuran presuntamente cinco españoles responsables de las empresas que facilitaban los empleos ficticios, sociedades sin actividad que tenían sede en descampados, edificios abandonados, centros excursionistas y hasta partidos políticos.

Testaferros

El resto de arrestados, la mitad españoles, eran testaferros de las empresas, con las que se daba de alta en la Seguridad Social a inmigrantes que realmente no tenían una ocupación legal y que, una vez obtenidos los papeles, a cambio de entre 3.000 y 12.000 euros, tramitaban la reagrupación familiar.

Además de facilitar la documentación, las sociedades tapadera proporcionaban en ocasiones vidas laborales falsas a los extranjeros. En la investigación se descubrió que una persona pagó 12.090 euros por su regularización ilícita y luego cobró 16.300 euros en subsidios de desempleo, pese a no haber cotizado nunca.