La historia de Nene es una de las muchas que los inmigrantes africanos guardan en su alma e intentan olvidar. Con una gran sonrisa suaviza la crueldad de un viaje interminable que le trajo desde Senegal hasta Tolosa. Hasta él mismo se emociona y prefiere olvidar, pero entre vagos intentos por resumir aquel infierno relata la semana que pasó en una patera junto a sus compañeros en su aventura por llegar a Europa.
Ahora,cinco años después de aquel horror, Nene Dioph es feliz en Tolosa. Y quiere la integración de sus compatriotas. Con este motivo, mañana jugarán un simbólico partido en Berastegi contra el equipo de fútbol 7 del pueblo, a las seis de la tarde en la escuela municipal.
«He tenido mucha suerte. Me siento muy integrado en Tolosa y tengo muy buenos amigos» cuenta recordando su viaje migratorio. «Llegamos a Canarias después de una semana metidos en la patera. De allí nos trasladaron a Madrid y nos preguntaron si teníamos algún amigo o conocido en España para poder quedarnos en su casa. Yo tuve suerte y me quedé». No quiere entrar en más detalles, pero en su relato cuenta que «el destino quiso que llegara a Bilbao y de allí a Markina. Empecé a trabajar vendiendo en la calle y me desplazaba desde Markina a Tolosa, todos los días». En el viaje «pasaba cuatro horas, dos de ida y dos de vuelta y no podía trabajar mucho». Lo que ganaba le llegaba justo para vivir, pero Nene quiso prosperar. «Poco a poco, la gente de Tolosa me fue conociendo. Allí mi primer contacto fue Mirei, una francesa que me ayudó mucho». El senegalés reconoce que cuando llegó «sólo hablaba el dialecto de mi pueblo, wolfo, y francés. Mirei me enseñó a hablar en castellano y me abrió puertas».
Con su ayuda se trasladó a Tolosa. «Me dijo que sería bueno que buscara una habitación donde poder vivir, en lugar de trasladarme hasta Markina. Ella me llevó a la pensión Karmentxu donde alquilé una habitación durante un tiempo». Nene recuerda cómo «la dueña, Karmentxu, le dijo a mi amiga que si era un buen chico no tenía ningún problema en que me quedara en su pensión».
Dicho y hecho. Nene no dudó en instalarse en Tolosa y su apuesta por afincarse en la villa papelera le fue favorable. En el relato de su aventura europea, el senegalés no deja de hablar de la suerte que ha tenido y la gente tan buena que se ha encontrado en su camino. Si Mirei fue importante en su traslado a Tolosa, Iñigo Dendaluce, gerente de la Clínica La Asunción no lo fue menos. «Iñigo me ofreció trabajo en la cocina de la Clínica. Allí trabajo como ayudantea. Gracias a él, mi situación se regularizó y tengo papeles, un buen trabajo».
«Mi ‘familia’ de Tolosa»
Ahora, Nene vive en un piso alquilado de la calle Mayor de Tolosa. Se ha casado, aunque su mujer vive todavía en su país de origen y ayuda económicamente a su familia de Senegal. «Gracias a mi ‘familia’ de Tolosa puedo seguir aquí y ayudar a mi familia de Senegal». Habla con ellos dos veces por semana. «Mi madre, como todas las madres, se preocupaba mucho al principio. Quería saber dónde dormía, si comía bien,… y no dejaba de darme consejos: sé respetuoso con la gente y sus costumbres, trabaja mucho y haz bien lo que te digan… me decía. A veces, se ponía un poco pesada pero es mi madre», cuenta el joven. Pronto viajará a Senegal. «La semana que viene veré a mi familia. Tengo muchas ganas de ir a Senegal, porque cuando estoy aquí echo de menos a mi madre y mis hermanos, pero cuando estoy allí, me acuerdo mucho de mis amigos de Tolosa y esa es buena señal para mí, porque me hace sentirme muy integrado».
Prueba de ello es el partido que disputará junto a sus amigos senegaleses de Tolosaldea mañana en Berastegi. «Voy a meter por lo menos dos goles. Me encanta jugar al fútbol y queríamos hacer algo para conocer gente de Tolosaldea. Le propuse a Aitor Lizartza, compañero del trabajo, mi idea y enseguida organizamos el partido». Nene mantiene una muy buena relación con el berastegiarra que, junto a Sebas Gartziarena, viajó el año pasado al pueblo del senegalés. «Queremos que surja una buena relación entre todos y quién sabe, si ganamos en Berastegi, jugaremos la revancha en Tolosa. Yo voy a meter dos goles». Iker Saizar, capitán de los berastegiarras, sonríe mientras escucha a Nene pero asegura que «tendrán que sudar mucho» para ganar.