Salvador José D. :: E. B.

El fiscal del juicio que desde el pasado lunes se desarrolla en la Audiencia Provincial de Murcia contra un joven acusado de matar de dos navajazos a un inmigrante ecuatoriano en Lorca, Jorge Vinicio Tene, ha dicho durante su informe que «la sociedad se merece que hechos así sean castigados como se merecen».

El representante del Ministerio Público, que ha mantenido su solicitud de condena de diecisiete años de prisión para Salvador José D. por un delito de asesinato, ha señalado también que «le deseo lo mejor al acusado, pero también quiero que se haga justicia», han indicado a Efe fuentes judiciales.

La acusación estatal ha sostenido que cuando el procesado apuñaló a la víctima, que dejó viuda y una hija, el 20 de diciembre de 2009, en una calle de Lorca, «era responsable de sus actos y sabía las consecuencias de los mismos».

Para el fiscal, fue un ataque alevoso por la espalda, «imprevisto, fulgurante y repentino, por lo que el fallecido no tuvo ninguna posibilidad de defensa».

Para el Ministerio Público, en contra de lo que sostiene la defensa de Salvador José D., no existen las atenuantes de confesión de los hechos, legítima defensa o miedo insuperable, ni tampoco la de realizar los hechos en estado de embriaguez.

La acusación particular, ejercida por la letrada María Ángeles Pernías, ha pedido que la pena de prisión se eleve a veinte años.

Los médicos forenses han señalado que el fallecido presentaba dos heridas por arma blanca en el lado izquierdo del tórax y en la pierna izquierda, «ambas, en zonas vitales, si bien el fallecimiento casi inmediato fue debido a la primera, al producirse un corte en la aorta». Tras la exposición de los informes de las partes, se deberá redactar el objeto del veredicto para su entrega al jurado, según las mismas fuentes.

En la primera sesión del juicio, el pasado lunes, el acusado aseguró que actuó en legítima defensa. «Me pegaron por todo el cuerpo», declaró. Salvador afirmó que sacó la navaja para defenderse y que Jorge Vinicio se abalanzó sobre él, clavándose el arma. Tras conseguir liberarse, el joven lorquino se marchó a su casa sin saber que la víctima murió pocos minutos después.