«Es posible sentirse marroquí y vasco o ecuatoriano y alavés»

El Correo, FRANCISCO GÓNGORA, 18-10-2011

«Las migraciones son tan viejas como el hombre y Vitoria es el fruto de los mestizajes de decenas de pueblos, desde íberos a gitanos pasando por fenicios, cartagineses, vascones, romanos, germanos, celtas, francos, árabes, judíos…, y sabe Dios cuántos pueblos más. También en los sesenta acogimos a un número importante de personas procedentes de otros lugares de la geografía española». Jesús Prieto Mendaza, licenciado en Antropología Social y asesor y profesor de interculturalidad en el ámbito educativo, tiene un discurso que cada vez cuesta más oír en el tema de la inmigración. Ayer se le oyó en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa en el ciclo de conferencias organizado por la sociedad Landázuri. Hoy, a las 7.30 de la tarde le toca el turno a Enrike Ruiz de Gordoa. Hablará sobre el ‘Miedo al otro’.

- ¿Dónde está la clave para que Vitoria resuelva bien el problema de la integración de los inmigrantes?

- Todo se decidirá en la segunda generación. Aquí radica el éxito o el fracaso. Esos jóvenes desde su infancia están en contacto con dos tradiciones culturales distintas y ellos deben decidir la búsqueda de su propio camino. Para ello influye que el sistema educativo los acoja y se les dé un futuro profesional. También es importante que la sociedad posibilite un sentimiento identitario múltiple. Se trata de apostar por una identidad de paz y no de conflicto, lo que Maalouf llamaría identidades asesinas. Se puede ser de aquí de muchas formas.

- ¿Pero cómo es posible sentirse de muchos sitios a la vez?

- El escritor Maalouf escribe que cuando le preguntan si se siente más francés o más libanés, su respuesta es siempre: ¡las dos cosas!. No puede amputarse una parte de lo que se es. Yo mismo soy alavés, pero tengo abuelos navarros, treviñeses y riojanos. Vivo entre Vitoria, Campezo y Ullíbarri – Arana de donde es mi mujer. Veraneo en Málaga. Siento vibrar algo dentro de mí cuando paseo por Laguardia y visito las Amescuas, en Navarra. Si soy capaz de sentir esas identidades, ¿cómo no va a ser posible sentirse vitoriano y paquistaní, vasco y marroquí o ecuatoriano y alavés?

- Pues hay ideologías excluyentes que no lo ven compatible.

- Sí, la extrema derecha reivindica solo la identidad española. También aquí en Euskadi ciertas fuerzas predican la imposibilidad de ser vasco y español al mismo tiempo. Es preciso que los hijos de inmigrantes gestionen este conflicto de forma enriquecedora, sin integrismos ni violencias.

Interculturalidad

- ¿Qué modelo de integración es el que se debe llevar adelante?

- Se han utilizado varios. El segregador lo representó el apartheid sudafricano. El modelo asimilador es el que predica que deben enculturizarse en la cultura dominante. Ocurre en Francia. El modelo multicultural acepta distintas culturas pero no se mezclan. En realidad es crear compartimentos estancos. El ejemplo es el Reino Unido. La tendencia actual es la interculturalidada. Se pone el énfasis en los aspectos comunes y se basa en el discurso de la igualdad. Además, debe haber un lugar de encuentro, el de la ciudadanía. Todos tenemos derechos y deberes.

- ¿Cuáles son los enemigos de la interculturalidad?

- Hay dos. El racismo o la ‘aporofobia’ (rechazo al pobre) y el relativismo cultural que nos invita a no meternos en su cultura, y eso pese a que se produzca un matrimonio de una menor o una ablación femenina.

- ¿El conflicto de la mezquita de Zaramaga es el ejemplo de un fracaso de la integración?

- Salvo casos aislados, en Vitoria no nos acercamos al diferente. No les invitamos a nuestras bodas, a potear, a nuestra liturgia social. Y además, hay una peligrosa islamofobia contra la comunidad árabe. Pienso que si la ley les ampara tienen todo el derecho a levantar su mezquita.

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