El gobernador de California, el demócrata Jerry Brown, firmó el sábado un proyecto de ley conocido como Dream Act (ley sueño) que permitirá a los emigrantes indocumentados acceder a becas públicas para estudiar en la universidad. Se suma así a Nuevo México y Tejas, los dos únicos estados que dan estas ayudas a estudiantes que están sin legalizar su residencia.

Al menos 2.500 estudiantes podrían beneficiarse de la ley cuyo coste total será de 14,5 millones de dólares, apenas un 1% del presupuesto total que California dedica a educación, según el diario Los Ángeles Times.

La firma de la norma, conocida como AB131, pone una vez más a California un estado en el que la población hispana casi equipara a la de blancos no hispanos en el centro del debate migratorio, tras las duras leyes contra los simpapeles en vigor en cinco estados, entre ellos Alabama y Arizona.

Alabama aprobó la pasada semana una ley de inmigración que obliga a los colegios públicos a comprobar si los estudiantes y sus padres son residentes legales. Esta normativa es la más restrictiva de las cinco inspiradas en la aprobada el pasado año en Arizona, que criminaliza a los simpapeles al permitir detenerlos en plena calle a quien no pueda probar que se encuentra legalmente en EE.UU.