CiU-PP: ¿El nuevo bipartidismo?

Ahí andan PP y CiU compitiendo por el votante socialista del viejo cinturón rojo, ese que sí lleva a sus hijos a escuelas públicas y vive en bloques saturados de inmigrantes

ABC, MARÍA ANTONIA PRIETO, 06-10-2011

A diferencia de los políticos lenguaraces y espontáneos, Josep Duran Lleida sabe perfectamente lo que dice, cuando lo dice y a santo de qué lo dice. Es más, para evitar malentendidos o interpretaciones más o menos libres de sus palabras, cuando el líder de Unió y candidato de CiU a las elecciones generales se planta ante un micrófono no se limita a responder preguntas; lo suyo es lanzar titulares claros, concisos, breves y controvertidos que no necesitan aderezo alguno. Y en esas está Duran, en plena campaña de márketing político, forzando titulares agresivos sobre la inmigración para soslayar los recortes del Gobierno de CiU y, de paso, vender su producto entre los clientes de la competencia en un momento en que ni está el horno para bollos ni los programas electorales para demasiadas fiestas.

Pese a que la dureza de su discurso parece haber sorprendido a algunos —la ex consellera de Educación de Pujol y enemiga declarada del candidato nacionalista, Carme Laura Gil, invitaba ayer a CDC a «extirpar» el «populismo» que está envenenando a la federación por boca de Duran Lleida—, hace ya muchos años que el líder de Unió pasea públicamente sin complejos sus ideas sobre la inmigración. A saber: que es un problema porque hay más de la que España puede asumir, que el valor de un piso baja cuando en un edificio se instalan inmigrantes, que en los colegios públicos con muchos niños extranjeros el rendimiento escolar es menor y que menos hablar de derechos y más de deberes. Lo curioso del asunto es que por comentarios parecidos, coma arriba, coma abajo, más de un dirigente del PP catalán ha sido tachado de xenófobo, racista y enemigo de la humanidad. No se sabe muy bien por qué extraña razón, unos (los del PP) son directamente racistas y otros (los de CiU) pasan por ser —en el peor de los casos— unos clasistas redomados… Será que para todo hay clases, porque hace falta mucho complejo de superioridad para reírse del acento de los niños andaluces o emprenderla con los agricultores no catalanes que cobran por estar en el bar.

En fin, que ahí andan PP y CiU compitiendo por el votante socialista del viejo cinturón rojo, ese que sí lleva a sus hijos a escuelas públicas y vive en bloques saturados de inmigrantes. ¿Y el PSC? Pues ni está, ni se le espera. El gran duelo electoral en Cataluña vuelve a ser cosa de dos pero, por primera vez, uno de los contendientes tal vez no sea el PSC.

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