La reacción de la Generalitat ante la llegada el pasado sábado a Santa Pola de una patera con una docena de personas no se ha hecho esperar. El conseller de Gobernación, Serafín Castellano, reclamó ayer «un compromiso firme y real» para hacer frente a la inmigración ilegal y al narcotráfico que desde septiembre del año 2007 afecta la costa valenciana.

El responsable recordó las cifras de los últimos años desde que la presión policial en el Estrecho desvío la ruta de pateras hacia la costa valenciana. Así, desde 2007 han llegado a la Comunitat 35 pateras con 335 inmigrantes ilegales, lo que demuestra «el drama humano», por un lado, y la falta de recursos de vigilancia, por otro.

Castellano reclamó al Ejecutivo que «se deje de políticas de excusas» y apueste por reforzar el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) y por aumentar los efectivos de la Guardia Civil. «La llegada de la última embarcación corrobora que la Comunitat se ha convertido en una puerta de entrada de la inmigración ilegal, mientras que el Gobierno sigue actuando tarde, mal y de manera insuficiente en este materia tan delicada».

La Generalitat, según dijo, va a seguir trabajando «con la misma responsabilidad, colaboración y lealtad» con la Administración central.

La llegada de inmigrantes supone ofrecer toda una serie de recursos a su servicio. La Generalitat valenciana anunció ayer que ha duplicado en los últimos cuatro años, de 312 en el año 2007 a 614 en 2011, el número de plazas de acogida.

El objetivo del incremento es conceder una cobertura directa a las personas inmigrantes sin recursos y que son susceptibles de un mayor grado de discriminación y exclusión social.