COPENHAGUE. La oposición de centroizquierda encabezada por la socialdemócrata Helle Thorning – Schmidt ganó ayer con un ajustado pero suficiente margen las elecciones generales danesas al obtener un 50,6% de los votos. De acuerdo con estos datos, el centroizquierda obtendría entre 89 y 90 escaños, la cifra que marca la mayoría absoluta en el Parlamento danés de 179 diputados, que no obstante podría alcanzar sin problemas recurriendo a alguno de los cuatro escaños que se reparten los territorios autónomos de Groenlandia y las Islas Feroe. Y es que tres de los cuatro partidos autonómicos que parten como claros favoritos para lograr representación en Copenhague anunciaron con antelación que apoyarán a Thorning – Schmidt.

Con este resultado, la oposición socialdemócrata acaba con diez años de gobierno de liberales y conservadores, con el apoyo externo del ultraderechista Partido Popular Danés, y Thorning – Schmidt se convierte así en la primera mujer en acceder al poder en Dinamarca.

Pese a la victoria de los socialdemócratas, el ganador de las elecciones fue el Partido Liberal del primer ministro, Lars Løkke Rasmussen, con el 26,3%, el mismo porcentaje obtenido hace cuatro años, pero insuficiente en esta ocasión. El Partido Socialdemócrata se queda con el 25,2%, tres décimas menos, logrando un resultado histórico por bajo. Más acusado fue el descenso de su principal aliado, el Partido Socialista Popular, que bajó del 13 al 9,3%.

La oposición se ve beneficiada, sin embargo, por la subida de los otros dos partidos que apoyan a Thorning – Schmidt: el centrista Partido Radical Liberal, con 4,2 puntos más hasta el 9,3; y la coalición rojiverde Lista Única, que triplica sus votos hasta el 6,8 por ciento.

El Partido Conservador, socio de coalición con los liberales en el Gobierno, ve reducido a la mitad su apoyo bajando al 4,9%, mientras que el Partido Popular Danés, que se opone a la inmigración, se mantiene como tercera fuerza parlamentaria con el 12,3%, 1,6 puntos menos que en las anteriores elecciones. La Alianza Liberal, con el 5%, es el único partido del bloque de derecha que mejoraría sus resultados respecto a los anteriores comicios.

la economía, tema principal Pero el rechazo a la inmigración y a la religión musulmana, que fueron claves en la anterior campaña electoral y que permitió al Partido Popular Danés conseguir que se endurezcan las leyes que regulan la inmigración, han quedado relegados en un segundo plano en esta campaña. Ahora la economía fue el eje central. Esta campaña electoral ha estado centrada en la crisis económica y las medidas para mantener el estado de bienestar, tapando el agujero de 47.000 millones de coronas (6.300 millones de euros) en las cuentas públicas que los expertos dicen que hay que cerrar antes del año 2020. La líder socialdemócrata, Helle Thorning – Schmidt, prometió ayer impulsar una negociación a tres bandas con patronal y sindicatos para aumentar la jornada laboral. Asimismo, abogó por instaurar un impuesto para millonarios, aumentar la presión fiscal sobre las pensiones elevadas y subir los impuestos al tabaco y a los alimentos considerados poco sanos. Thorning – Schmidt volvió a responsabilizar a Rasmussen de la subida del desempleo y del déficit.

Estas elecciones han tenido además una importancia política que va más allá de las fronteras danesas, ya que se trata de los primeros comicios legislativos en Escandinavia desde la matanza cometida por el ultraderechista Anders Breivik en Oslo y en la isla noruega de Utoya a finales de julio, donde murieron 93 personas.