Comienza la vuelta al cole para más de 5.600 adultos
El Correo, , 15-09-2011Ya lo dice el refranero: ‘Nunca es tarde para aprender’. Por eso en Bilbao, una vez acabado el verano, comienza la vuelta al cole no sólo para niños y adolescentes, sino también para más de 5.600 adultos. Gente que de forma «madura y consciente» decide retomar sus estudios en busca de una formación que les ayude a encontrar un trabajo mejor o, simplemente, por la satisfacción personal que les reporta el aprendizaje.
El inicio hoy de las clases en los Centros de Enseñanza para Adultos (CEPA) supone el pistoletazo de salida para los veteranos. Alrededor de 3.200 se acercarán hasta sus aulas para comenzar una nueva etapa, pendientes de cuestiones que parecían haber quedado atrás, como el rendimiento académico y los apuntes. A este alumnado se suman otras 1.400 personas que se incorporarán a las Aulas de la Experiencia de la UPV y a los cursos de formación para adultos de la Universidad de Deusto a finales de septiembre; y los cerca de 1.000 que, a partir de octubre, intentarán sacarse el Título de la ESO en el Centro Público de Educación Básica a Distancia (CEBAD).
El perfil de este tipo de alumno es muy heterogéneo y sus objetivos muy variados. Les une el haber sobrepasado la mayoría de edad y querer retomar sus estudios de manera voluntaria. Sin embargo, es muy importante diferenciar entre los que se inscriben en la oferta universitaria especializada y los que se apuntan en los centros CEPA y CEBAD de Bilbao. Según José Luis Elorza, director del departamento de Aprendizaje Permanente del Gobierno vasco, la docencia en estos últimos busca la inserción en el mundo laboral a través de la formación. Por eso, los programas están encaminados a la obtención del graduado en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), en los cursos de preparación para las pruebas de acceso a la universidad de los mayores de 25 y 45 años y en los clases de español para extranjeros.
Según Elorza, esta oferta se reparte entre nacionales y foráneos. «Aún existe bastante gente nacida en España que, bien por cuestiones familiares o por problemas sociales, carece del título de la ESO. También se da el caso de muchos ciudadanos extranjeros, sobre todo provenientes de Sudamérica, que quieren conseguir el graduado escolar para acceder al mercado laboral. Además, están esas otras personas a las que se exigen cursos de formación de reciclaje para acceder a las ayudas sociales », apostilla.
En cuanto a las clases de español para extranjeros, «generalmente estos cursos están llenos de inmigrantes provenientes del Magreb, China o Brasil», apunta el experto del Ejecutivo autonómico. «Es un primer paso para cantidad de trámites que forman parte del día a día, como sacarse el carné de conducir y así tener más posibilidades de optar a un trabajo. Muchos continúan luego con sus estudios y se sacan el título de la ESO», añade.
Palabras mayores
La UPV y la Universidad de Deusto también ofrecen titulaciones y programas dirigidos a adultos. Sin embargo, su objetivo no es instruir a la gente para que opte a un trabajo, sino que buscan que sus alumnos disfruten con la experiencia del aprendizaje y el espíritu universitario. Ofrecen una enseñanza basada en las humanidades y profundizan en temas artísticos, sociológicos y culturales en general. En Deusto, la media de edad de este alumnado «ronda los 60 años», mientras que en la UPV es requisito fundamental haber cumplido los 55 y no estar vinculado laboralmente a una empresa. Para su admisión no se exige ningún tipo de requerimiento académico «salvo la ilusión por aprender».
Según Josetxo Urrutikoetxea, director de las aulas de experiencia de la UPV, «la gente que asiste a estas titulaciones es de lo más variada y acuden desde todos los estratos sociales, eso es lo enriquecedor». Antes solían acudir muchas amas de casa, ahora son cada vez más los jubilados con formación en carreras técnicas como Ingeniería, Química, Medicina o Empresariales, que buscan cubrir sus carencias en arte, filosofía o sociología a través de estos cursos.
«La gente viene muy a gusto. Para muchos supone un cambio radical en su vida, les aporta ilusión y les mantiene activos. La mayoría conocen a gente con la que acaban estableciendo relaciones de amistad y, una vez acabadas las clases, muchos se van a tomar unos vinos para seguir charlando de la lección o de sus asuntos». Urrutikoetxea lo tiene claro: «Lo importante no es lo que nosotros les enseñamos, sino el ejemplo que ellos nos brindan todos los días».
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