EDITORIAL

Salt, de nuevo

El Periodico, , 25-08-2011

Apenas tres meses después de unas elecciones que dieron como resultado un cambio de mayoría municipal y de alcalde (gobernaba el PSC y ahora lo hace CiU), Salt vuelve a ser protagonista por decisiones relacionadas con la inmigración. En este caso, la suspensión durante un año de la concesión de licencias para centros de culto en el polígono de Torremirona, lo que en la práctica equivale a prohibir la apertura de más mezquitas.
La aprobación del veto, una iniciativa del alcalde Jaume Torramadé, fue posible por los votos de CiU, el PP y dos de los tres ediles elegidos en la lista de la Plataforma per Catalunya (PxC), que ya han abandonado la disciplina del grupo xenófobo tras el tardío descubrimiento del auténtico cariz de Josep Anglada, que les reconvino por aspectos de su vida privada: una concejala tiene un novio camerunés y otro edil no oculta su relación con un dominicano. Ambos han denunciado ante los Mossos amenazas de Anglada para que dejen sus cargos. Una situación que no hace sino confirmar el carácter intolerante de esta fuerza política pero que no impidió que esos dos concejales díscolos fuesen ayer determinantes para aprobar el veto a las mezquitas.

Con o sin esos ediles en sus filas, la PxC quiere jugar a fondo la carta de Salt para amplificar su incendiario mensaje. Su propósito de concentrarse este sábado nada menos que ante la sede de la policía local para oponerse a nuevas mezquitas en la población ha sido prohibido, con buen criterio, por la Conselleria d’Interior por el riesgo evidente de que generase una sensación de agresión en la numerosa población musulmana de la zona. Porque hay que recordar que Salt vivió a principios de este año graves incidentes tras la muerte accidental de un menor magrebí que huía de la policía.

La crisis ha aumentado los problemas en zonas de gran concentración de inmigración como Salt. Y los ayuntamientos, con la economía en precario, no disponen de los recursos necesarios para planes que mejoren objetivamente la situación. Pero a lo que no pueden renunciar es a actuar con inteligencia y serenidad en pro de la convivencia. Habrá que ver si la prohibición de nuevas mezquitas en Salt conduce a ese objetivo o, por el contrario, es fuente de nuevos conflictos.

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