King Kong en lo alto del Empire State

La Verdad, ANGEL GARCIA PINTADO, 23-08-2011

Una vez le preguntaron a nuestro ínclito autor Ramón María del Valle – Inclán: «¿Es usted feminista?», a lo que el lenguaraz e ingenioso hidalgo respondió, siempre a bote pronto como él hacía: «No, yo feminista no soy. Soy mujeriego». Salvando todas las distancias de talento y de ética, otro tanto podría decir de sí ese ex director del Fondo Monetario Internacional, al que para abreviar y no meternos en líos mayores, llamaremos DSK.

Siempre presuntamente, DSK no tiene nada de feminista al parecer y sus instintos le llevan a perseguir faldas, acosarlas y derribarlas (presuntamente), porque él lo que de verdad es, es mujeriego. A ver si nos enteramos. ¿Se puede condenar a un hombre por dicho delito? No. Este es el inefable razonamiento que se hacen todavía muchos franceses cuando se debate acerca de tal especimen de la clase política y financiera metido en líos neoyorquinos por un quítame allá esas pajas. Si no es feminista, ¿es acaso racista DSK , por haber sido acusado de persecución y derribo de una camarera negra? No, sino todo lo contrario. DSK (presuntamente) es un ser que cree firmemente en la igualdad de las razas. Y sus instintos ni su libido hacen distingos al respecto, como (presuntamente) se puede colegir ¿Por qué viene a colación en estos momentos DSK, si el juicio no ha empezado aún? Porque el semanario francés ‘L’ Express’ publicó hace poco una revelación inédita y, al parecer presuntamente contundente: la empleada del hotel no fingía, los médicos que la atendieron el azacaneado día neoyorquino de autos afirman taxativamente en su informe que fue «violada». Inminente es la decisión del procurador de N.Y. sobre enviar a DSK a un tribunal penal o interrumpir ‘sine die’ el proceso…Sea como fuere esa decisión, este caso quedará en los anales de la manipulación y de la intoxicación mediáticas y judiciales, como un paradigma de despropósitos. Cuando DSK se hizo con el más hábil y dinámico dúo de abogados de la ciudad, algunos pensamos que cualquier cosa podía ocurrir. Se informó inmediatamente de que esos abogados crearían un gabinete de asesores formado por ex agentes de la CIA y diplomáticos. Faltaron horas para que se lanzara a los aires enrarecidos del planeta la especie de esa conversación telefónica «intervenida» por lo visto entre la víctima y un presidiario amigo.

Esta ‘noticia’ contribuyó a alimentar la tesis del interés económico y de que DSK había caído en una trampa. La teoría de la conspiración consoló a muchos franceses incautos, que ya se habían acostumbrado a ver en DSK al futuro presidente de la nación (mal debe de andar el Partido Socialista Francés para confiar todo su destino a criatura semejante), pero los medios lanzaron esa piedra encanallada sin recordar que un presunto gabinete de profesionales maniobreros se había constituido para fines concretos: emborronar el paisaje. Y siempre que saltaba una nueva noticia sobre tan tenebroso asunto, a ningún periodista se le ocurría redactar ‘background’ recordatorio sobre los siniestros asesores en la sombra.

A todo ello se agrega un sueño recurrente de mis últimas noches: veo a King Kong encaramado en lo alto del Empire State agarrando por la cintura a una muñeca con una de sus garras. Presuntamente, el gorila tiene la congestionada jeta de DSK. Aunque los sueños a veces engañan, la percibo con mucha – presunta – nitidez. No se cómo interpretarlo.

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