Menores son convertidos en “correos de droga” con destino a España
El Universo, 17-08-2011María (nombre supuesto), presa del miedo, solo atinó a echarse a llorar cuando los agentes de la Guardia Civil le informaron el viernes en el aeropuerto de Barajas de Madrid que no podía viajar con su hermano a Milán (Italia) tras una escala en la capital española.
No sabía qué decir. No sabía cómo explicar por qué en su maleta aparecieron 960 gramos de cocaína que en el mercado se cotizan en torno a los 60.000 euros.
Escenas como ésta se repiten a diario tras los controles que los agentes efectúan en los denominados “vuelos calientes” procedentes de Latinoamérica que suelen albergar entre sus pasajeros a “mulas” o correos de drogas. Lo que no es habitual es que los protagonistas sean tan pequeños y que viajen solos. María nació hace apenas once años en Naranjal.
Su hermano, hace trece.
En el Cuerpo Armado reconocen que resulta poco probable hallar un precedente similar. “Han llegado personas con bebés que traen la droga en los pañales o en los cochecitos de paseo, pero no recordamos casos de menores solos y de tan corta edad”, asegura a este Diario una fuente de la Guardia Civil.
Los niños que el jueves pasado embarcaron en Guayaquil en el vuelo de Iberia 6464 permanecen custodiados desde el viernes en la residencia de acogida Isabel Clara Eugenia hasta que un juez dictamine si fueron víctimas o no de un engaño.
La cocaína se encontraba oculta en las paredes de varios frascos de perfume. Los uniformados detectaron la sustancia a través de un escáner móvil y gracias a la labor de los guías caninos.
Retuvieron a los pequeños que volvían después de dos meses de vacaciones y les sometieron a un interrogatorio. Ellos se limitaron a responder que recibieron un encargo pero que desconocían su real contenido.
Su madre cuenta que la remitente del paquete es una conocida de su esposo de nombre Maritza y residente en Machala. La destinataria, una vecina en Milán, también ecuatoriana. “Jamás imaginamos que lo que enviaban era droga. Le dijeron a mi marido si los niños podían traer unas cosas, él se confió y aceptó”.
Ante la situación de indefensión y desamparo en la que se encontraban los niños (sus padres los esperaban en Italia no en España), los agentes procedieron a trasladarlos al centro de menores.
Pese a que contrató el servicio de acompañamiento de azafata durante el vuelo, la compañía aérea no les proporcionó información sobre la suerte que corrieron sus hijos durante su escala en Madrid.
Fue la Secretaría Nacional del Migrante (Senami) en España la que activó un dispositivo para identificar el paradero de los menores.
Una vez ubicados, la inmigrante viajó el fin de semana a Madrid con el propósito de recuperarlos. El lunes se entrevistó con ellos: “Están bien, aunque un poco asustados”, relata con un temblor en las manos.
Niega que su familia se encuentre implicada en el tráfico de estupefacientes. “Somos honrados y honestos. Nuestro error fue ser demasiado confiados”, añade. Su historial migratorio en Italia es impecable.
Residen con su documentación en regla desde hace ocho años (llegaron a Milán en el 2001). No tienen antecedentes.
Ella trabaja como empleada de hogar. Su marido es peón de la construcción.
El bufete de abogados Sentencia se encarga del caso. “No es fácil, hay varios frentes abiertos que no se van a resolver en un breve periodo de tiempo”, explica la letrada Cynthia Favero.
La pareja debe probar que los pequeños no se encuentran desamparados para evitar que su custodia pase a manos de un centro de acogida.
Y aunque la legislación española exime de responsabilidad penal a los menores de 14 años, el juez sí puede abrir diligencias civiles y/o penales a los padres.
Puntuales
Alerta Gubernamental. Meses atrás, la Senami emprendió una campaña para alertar de los riesgos que acarrea el aceptar encargos de personas en los viajes trasatlánticos al detectar el aumento de personas implicadas involuntariamente en el tráfico de estupefacientes.
Las sanciones: Le legislación española establece penas que van de tres a doce años para las personas que transportan droga.
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