Inmigrantes que se defienden, ricos que se esconden

La Vanguardia, , 12-08-2011

La derecha más dura intenta presentar la inmigración como una de las causas de los disturbios, pero muchos de los que se atrevieron a desafiar a los vándalos en Londres, Birmingham o Manchester son extranjeros o musulmanes británicos. En el barrio londinense de Whitechapel, 1.500 somalíes y bangladeshíes mantuvieron a raya a gamberros que pretendían asaltarles. En Ealing, un grupo de polacos se encargó de defender los pequeños comercios mientras la policía brillaba por su ausencia u optaba por no intervenir. En Store Newington, los tenderos turcos organizaron grupos de vigilantes.Y así de un lado a otro del país, como reconoce la columnista Christina Odone en el conservador The Daily Telegraph,cuya línea editorial consiste en condenar el multiculturalismo y pedir severas cuotas a la inmigración. Mientras, las clases medias y altas permanecían en sus refugios de Edgbaston, Chelsea o Hampstead cruzando los dedos para que no llegaran a sus barrios privilegiados. Y el primer ministro, David Cameron, tardó tres días en regresar de la Toscana. Cameron no está teniendo un buen verano. No sólo por haber tenido que interrumpir sus vacaciones sino por las dentelladas a su reputación que han supuesto primero el escándalo de las escuchas telefónicas y luego los disturbios, primero la supeditación a Rupert Murdoch y los periódicos de su grupo y luego unas escenas de caos que algo – o mucho-tienen que ver con la pobreza, las crecientes diferencias entre ricos y pobres, y la alienación de jóvenes sin ningún respeto a la autoridad.

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